La Fotografía Italiana en la Argentina SIGLOS XVIII / XIX Benito Panunzi
por Luis Priamo Los dos fotógrafos elegidos para esta muestra,
Antonio Pozzo y Benito Panunzi, no solo son , pobablemente,
los profesionales italianos más importantes del siglo
XIX en la Argentina, sino que forman parte del selecto y
pequeño grupo de creadores imprecindibles de nuestra
antigua fototografía, más alla de cualquier
nacionalidad. Al igual que en todos los países latinoamericanos,
los primeros fotógrafos que actuaron en la Argentina
fueron extranjeros, la mayor parte europeos y algunos
norteamericanos. En 1843 el inglés John Elliot
inauguró su estudio de daguerrotipia en los altos de
la Recova Nueva 56, plaza de la Victoria, el primero de
Buenos Aires y el país. En los meses y años
subsiguientes numerosos apellidos de origen
anglosajón, francés, italiano, alemán,
y también español - aunque muy pocos
pertenecientes a argentinos nativos -, siguieron encabezando
los avisos publicitarios de casas fotográficas en
Buenos Aires y el interior. Arístides Stephani y Luigi Bártoli fueron, con
Antonio Pozzo, los primeros daguerrotipistas italianos
conocidos que actuaron en nuestro país. El primero
trabajó en Corrientes, Paraná y Santa Fe desde
1846, y el segundo se instaló en el estudio que
había sido de Elliot, es decir el número 56 de
la Recova Nueva, en 1852. Bártoli fue uno de los
fundadores del Círculo Italiano de Buenos Aires y un
fotógrafo muy popular en su época. Otro italiano, Pedro Tappa, fue el primer fotógrafo
que abrió una retratería en la ciudad de Santa
Fe, en 1862. Trabajó allí durante casi veinte
años, para luego trasladarse a Rafaela, donde
también abrió el primer estudio
fotográfico del lugar. Pedro Tappa fue el maestro del
piamontés Arquímedes Imazzio - de quién
era, asimismo, tío -, que más tarde
sería el fotógrafo clásico de la Boca y
el más destacado de esa "república" en el
siglo pasado. Las vistas que Pedro Tappa tomó en
Santa Fe son los registros fotográficos más
antiguos que guarda esa ciudad. Los hermanos Angel y José Paganelli fueron otros
pioneros italianos de nuestra fotografía en el
interior del país. A fines de la década del
sesenta viajaron con frecuencia al noroeste del territorio
nacional, trabajando en las ciudades y la campaña. En
1869 Angel se instaló en Tucumán. Tomó
vistas de la ciudad e ilustró con sus fotos un libro
clásico: Provincia de Tucumán, de Arsenio
Granillo (Imprenta La Razón, Tucumán, 1872).
Una de las imágenes de este libro muestra el frente
de la casa histórica donde se juró la
Independencia. Muchos años después esta foto
fue el único auxiliar que le permitió al
arquitecto Mario J. Buschiazzo reconstruir el local con su
fachada tal como era en 1816. Félix Corte, tambien italiano, tuvo una prolongada y
relevante actuación profesional en Rosario desde 1880
hasta 1911, cuando volvió a su país. Su
estudio fue uno de los más importantes de la ciudad
en esos años. En 1887 el sociólogo e
historiador Gabriel Carrasco, comisario general del primer
censo de la provincia de Santa Fe, realizó un viaje
al llamado Chaco Austral, en el norte del territorio
santafecino, y contrató a Félix Corte para que
documentara fotográficamente la región y su
avanzada de colonizadores. El álbum que surgió
de allí es uno de los escasos y valiosos documentos
de la frontera norte de la provincia que aún
subsisten. En Rosario, hacia 1875, también trabajaba
Romilda de Consiglio, una de las primeras fotógrafas
profesionales que se registran en nuestro país. Otros fotógrafos de confirmada procedencia italiana
conocidos que dejaron obras importantes fueron Cesare Rocca,
con estudio en Buenos Aires, autor de dos álbumes
fotográficos que documentan la primera
exposición Nacional de 1875, en Córdoba.
Antonio Cirigliano, que trabajó en Olavarría
desde fines del siglo pasado y reunió una
espléndida colección de retratos y grupos de
inmigrantes italianos que fundaron la colonia, y vistas del
pueblo y la campaña. Los hermanos Felipe y Santiago
Polzinetti, de Rosario. El primero trabajó
también en Esperanza, Santa Fe, y Santiago
realizó las pocas fotografías que documentan
la revolución de 1893 en Rosario. La lista
podría extenderse largamente. Según Abel
Alexander, en los últimos años del siglo
pasado, y coincidiendo con el aluvión inmigratorio,
la cantidad de fotógrafos italianos que trabajaba en
el país era ampliamente mayoritaria entre los
extranjeros, e incluso respecto de los fotógrafos
argentinos en actividad. Los dos fotógrafos elegidos para esta muestra,
Antonio Pozzo y Benito Panunzi, no sólo son,
probablemente, los profesionales italianos más
importantes del siglo XIX en la Argentina, sino que forman
parte del selecto y pequeño grupo de creadores
imprescindibles de nuestra antigua fotografía,
más allá de cualquier nacionalidad.
ANTONIO POZZO Hasta no hace mucho tiempo se ignoraba que Antonio Pozzo era
de origen italiano y, en consecuencia, se lo consideraba el
primer fotógrafo argentino importante. Hoy sabemos
que Pozzo nació en Bordighera, Lombardía, en
1829, y llegó al país en su juventud. Fue
aprendiz de John Elliot y, posteriormente, de Thomas C.
Helsby, daguerrotipista de origen inglés que a
principios de 1846 estaba instalado en calle de la Piedad
Nr. 121. Hacia 1850 Pozzo instaló su propio estudio
en el número 113 de la misma calle. Debido a su
precoz iniciación en el oficio fotográfico y a
su longevidad, Pozzo fue uno de los fotógrafos de
actividad más prolongada en el siglo pasado. Fue un
retratista prolífico, un documentalista importante y,
asimismo, uno de los primeros coleccionistas de
daguerrotipos del país. Su colección de dichas
piezas fue donada al Museo Histórico Nacional y
conformó, junto con la colección del ingeniero
Carlos E. Pellegrini, el principal fondo de daguerrotipos
del Museo. Entre los retratos al daguerrotipo tomados por
Pozzo que se conocen y cuya autoría está
confirmada, son justamente valorados los que pertenecen a
Mariquita Sánchez de Mendeville, viuda de Thompson, y
al general José María Paz. En 1857 el Ferrocarril del Oeste inauguró el servicio
de su primer ramal, desde la estación central del
Parque, en la actual plaza Lavalle, hasta La Floresta.
Pozzo, contratado por la empresa, hizo una serie de fotos
que documentan instalaciones, trabajos de tendido y el acto
oficial de inauguración, con las dos locomotoras
históricas: La Porteña y La Argentina. En
años subsiguientes siguió fotografiando para
la compañía. Los cartones que servían
de soporte a sus fotografías llevaban por entonces
una leyenda: "Fotógrafo Municipal y del Ferrocarril
Oeste". En 1879 Pozzo acompañó con su equipo
fotográfico al ejército de Julio A. Roca en la
expedición de exterminio indígena y
consolidación del dominio militar en el sur
argentino, conocida como Campaña del Desierto. Lo
hizo en carácter de fotógrafo oficial, aunque
él mismo debió costearse los gastos del viaje.
Pozzo tenía interés en el tema. Poco tiempo
antes, el 18 de diciembre de 1878, retrató en su
Fotografía Alsina, de calle Victoria 590, al cacique
Pincén, recién capturado por las fuerzas del
coronel Villegas. El 29 de abril de 1879 el ejército de Roca
inició la Campaña del Desierto en
dirección al sur. Antonio Pozzo y su ayudante Alfredo
Bracco, con sus pesados equipos acondicionados sobre mulas -
cámaras y trípodes, el laboratorio de
campaña, los vidrios y químicos para preparar
los negativos fotográficos y revelarlos en el lugar -
los acompañaban. La cantidad de fotografías
que tomaron durante la expedición no puede
determinarse con exactitud. Los álbumes conocidos -
que nunca tienen exactamente las mismas fotos ni la misma
cantidad - agrupan alrededor de cincuenta piezas cada uno.
Las imágenes muestran, en general, a la tropa y a los
oficiales en los campamentos, o montados en medio de la
marcha. Los indios vencidos posan con sus lanzas en la mano,
y también hay fotos de "chusma" cautiva, es decir
niños, mujeres y ancianos indígenas, con
sacerdotes que les darán el bautismo. No hay escenas
con rastros de actividad bélica, probablemente porque
no hubo batallas importantes, ya que no es presumible que la
mentalidad de los comandantes que dirigían la
expedición estuviera dispuesta a censurar
fotografías de indios muertos. El propósito
épico de Pozzo, que admiraba al general Roca, es
evidente, aunque queda asordinado por esa especie de
neutralidad distante de las imágenes. A pesar de la
visión controvertida que hoy tenemos sobre el
episodio histórico que registran - e incluso por eso
mismo -, las fotografías de Pozzo tienen para nuestra
cultura un valor documental extraordinario. Antonio Pozzo murió a los 81 años, el 29 de
agosto de 1910, en su casa de Flores.
BENITO PANUNZI Según el censo nacional de 1869 Benito Panunzi,
fotógrafo instalado en Cuyo 56 de la ciudad de Buenos
Aires, tenía entonces 59 años y era soltero.
Había nacido en Amelia, Umbría, y llegó
a la Argentina alrededor del año 1861. Tuvo su primer
estudio fotográfico en 25 de Mayo Nr. 25, llamado La
Fotografía de Mayo, y hacia 1865 se trasladó a
Cuyo 57 o 55, - ya que en sus cartones fotográficos
figuran, indistintamente, ambas direcciones - donde puso la
Fotografía Artística.
Ni bien instalado, Panunzi comenzó a tomar
fotografías de Buenos Aires y la campaña
circundante. Con estas imágenes hizo álbumes y
carpetas a partir de 1865. Sus fotos de Buenos Aires son las
primeras conocidas después de las vistas al
daguerrotipo de Charles de Forest Fredricks y otros autores
que se encuentran en el Museo Histórico Nacional.
Asimismo, Panunzi fue el primer fotógrafo que se
propuso realizar una documentación amplia y
sistemática de la ciudad. Sus fotos de las plazas 25
de Mayo y de la Victoria, con sus edificios y monumentos
históricos, o las de la zona ribereña, los
muelles y la aduana, revelan un claro propósito de
relevamiento analítico. Sus tomas también
registran los cambios que se producían en el paisaje
urbano, de modo que en los álbumes - donde hay fotos
tomadas entre 1861 y 1867, aproximadamente - conviven la
imagen del Paseo de Julio casi idéntico al Paseo de
la Alameda de la época de Rosas, con la de la nueva
avenida modificada por la estación del Ferrocarril
del Retiro. Sus fotos de gauchos tomadas en ambiente son las más
antiguas de este tipo que se conocen y conservan - a
excepción de un daguerrotipo que se encuentra en el
Museo de Luján -. La primera y la única foto
conocida fechada y datada por Panunzi es, precisamente, de
tema gauchesco: Pobladores del campo. Fue tomada en
Exaltación de la Cruz, actual Capilla del
Señor, el 1ro. de julio de 1862. La fecha de la toma
y la extraordinaria factura de la foto revelan que el
fotógrafo ya era un profesional consumado cuando
llegó al país, pocos meses antes. Es una
puesta en escena elaborada que, sin embargo, transmite el
episodio cotidiano que narra - un asado en ciernes con
mateada y guitarreada previas - con naturalidad de
instantánea. En torno del asado de
escenografía - el fuego no está prendido y la
carne es evidentemente insuficiente para la cantidad de
comensales reunidos - están sentados tres paisanos,
como si el fuego estuviera en marcha y hubieran detenido la
conversación para la foto. Varios rebenques en la
mano, un mate dando la vuelta y una guitarra pulseada entre
los gauchos del fondo, señalan que Panunzi se
ocupó de subrayar lo típico, aunque no lo
sentimos forzado. La distribución de las personas en
el cuadro y la naturalidad con que posan no deben atribuirse
al azar, y ambas cosas están resueltas con un oficio
extraordinario. En 1864 y 1866 el cacique tehuelche Casimiro Biguá
visitó Buenos Aires. En alguna de estas ocasiones
Panunzi le hizo dos fotografías. Una es un
célebre retrato en primer plano que no se expone en
la muestra. La otra, que sí tenemos, fue tomada
probablemente en los cuarteles del Retiro y lo muestra junto
a su hijo San Slick y a otro cacique importante, Orkeke.
Estas imágenes y otras, como la del cacique Coliqueo
y su familia tomada - según nos dice Vicente
Gesualdo- en la zona de Los Toldos, son también los
primeros registros fotográficos que tenemos de los
antiguos habitantes de nuestro territorio, y probablemente
los únicos que les hicieron cuando aún eran
dueños de sus vidas y destinos. Panunzi, que también se promocionaba como profesor de
dibujo y retratista al óleo, fue uno de los
fundadores de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes,
en octubre de 1876. Se estima que murió en Buenos
Aires hacia 1890. Hasta hoy no se había exhibido en el país una
muestra de fotos de Benito Panunzi. En ocasiones se
expusieron piezas sueltas, pero nunca una muestra dedicada
exclusivamente a su obra, y con una cantidad de
imágenes tan importante y representativa como
ésta. En parte, esa anomalía se debe a la
escasísima cantidad de álbumes y carpetas de
nuestro autor que aún se conservan, pero
también al tradicional descuido de nuestra cultura
respecto de la fotografía histórica y
patrimonial argentina. En este sentido, debemos considerar a
esta muestra como un gesto de reparación hacia la
misma.
Agradezco a Juan Gomez, Abel Alexander y Mariana Pozzo,
la información proporcionada para este trabajo, y a
Mirta y Miguel A. Cuarterolo y Carlos Sánchez Idiart
la generosa prestación de sus fotos de Benito Panunzi
para ser expuestas y difundidas.
BIBLIOGRAFIA Gómez Juan. La fotografía en la Argentina. Su
historia y evolución en el siglo XIX. 1840-1899,
Abadía Editora, Buenos Aires, 1986. Gesualdo Vicente. Los que fijaron la imagen del país,
en "Todo es Historia", Nr. 198, Noviembre de 1983, y Benito
Panunzi, patriota garibaldino, pintor, arquitecto y
fotógrafo en China y las Pampas Argentinas, Primer
Congreso de Historia de la Fotografía, 1992.
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