Un montaje en plena definición y una tarde de intenso enero. Ni seminario, ni simposio, ni coloquio: un encuentro consonante con los preceptos que, al imaginar la propuesta, fijó Sigismond de Vajay para Of Bridges & Borders. Evitar la formalidad de la relación artística. Cruzar puentes. Crearlos. Bajar aún más el volumen de la convención, y que el silencio de lo expuesto se vea alterado por un intercambio que repiense las fronteras y hable en voz alta. Porque el arte piensa un mundo que el mundo ya no concibe. La “memoria colectiva” que la muestra busca conformar merecía una reunión semejante.
El diálogo con los artistas invitados a la exhibición Of Bridges & Borders en Proa fue el preludio de un acontecimiento: la primera muestra surgida después de una serie de eventos y del libro homónimo. Un encuentro de reflexión con los artistas, para que sean ellos mismos, y el curador, los encargados de relatar los ejes de la propuesta.
Daniel Baumann, de Lang/Baumann, explicitó el sistema creativo del dúo que compone con Sabina Lang. Sus imponentes proyectos y la singularidad del diálogo arquitectónico entre tradición y ruptura que ellos impulsan motivó el interés de muchos asistentes. Preguntas que iban y venían y un trabajo que provocó reflexión. La presencia de Baumann en la Argentina reveló un proyecto creador cargado de especificidad, como lo demuestra el insuperable Hotel Everland, de 2007. “No hay obras imposibles” definió Baumann, quien anticipó la intervención del puente peatonal de hormigón armado ubicado en la avenida Figueroa Alcorta, a la altura de la Facultad de Derecho.
Josep-Maria Martín pormenorizó El viaje de Bamba, la instalación que montó en Proa, producto de su experiencia personal con un inmigrante senegalés, y aprovechó su presencia para recordar una acción en Chile: un proyecto habitacional para mineros, en pleno desierto y absoluta adversidad.
La experiencia del desencanto europeo tras los ideales de la década del 80 organizó el discurso de Fabrice Gygi. La caída de una ilusión que el artista transformó en violencia, extralimitando el uso de sus materiales y trazando las fronteras de un mundo crudo, sobrevigilado y “sin amor” (un sexo sin nada más de amor, o “sadomasoquista”, como dirá él mismo) fue el puente que Gygi confesó haber cruzado, y que lo llevó del “sueño de libertad” a “la pesadilla de la opresión”.
Gianni Motti cerró el evento con una performance. Motti convirtió a una productora de Proa en asistente personal, montándole la remera correspondiente (“Gianni Motti Asistant”, en negro sobre amarillo). Entonces, fue ella quien arrancó con el racconto de la producción del artista. El momento prologó la aparición de Motti, celebrado en cada una de sus ocurrencias y especialmente atendido cuando, cita obligada, se refirió a la resonancia periodística que alcanzó su llegada a la Argentina. Del dinero. Hablar sólo del dinero, decidió Motti. Y de eso habló. El relato de una de sus más reconocidas acciones, Manipulite (2005), reactivó, en tiempos nuevamente “berlusconianos”, el alcance de sus trabajos.
Violencia en Gygi. Excitación estratégica en Motti. Conciencia de las formas en Lang/Baumann y desesperación en clave realista en Josep- Maria Martín: el diálogo con los artistas de Of Bridges & Borders fue el preludio de una muestra necesaria.
Suministrar claves de interpretación y acceso a obras que instalan debates en todo el mundo. Ése fue, y es, el objetivo de Proa, que continúa así con su programa de actividades en el Auditorio, articulando eventos que acompañan cada muestra y despliegan su sentido. Acercando investigadores, artistas, curadores y especialistas, y colaborando en la reflexión y el análisis del arte y la cultura contemporánea.
Fotos: Jorge Miño.