Para la historia del arte, los años que median entre 1965 y 1975 son los que dan comienzo y entidad al conceptualismo como categoría estética. Sin embargo, si se observa con cuidado la multiplicidad y amplitud de la producción de aquellos días, no es difícil comprobar que éste es sólo un componente de una cartografía mucho más compleja que la que nos han legado las genealogías posteriores.
Una de las ausencias más notables en estos relatos son las conexiones. No sólo las que surgen de la coexistencia temporal de propuestas como el minimalismo, el arte cinético, el conceptualismo, la antiforma, el pop, la abstracción excéntrica, el land art y el arte povera, sino principalmente, las que los propios protagonistas establecieron a la hora de formular sus ideas y prácticas. La historia del arte prefiere, en cambio, reafirmar una versión “pura” del arte conceptual que parte de la filosofía analítica y llega al conceptualismo lingüístico a través de un desarrollo de las ideas, no de las obras y las exposiciones. Si hiciera esto último, notaría que la mayoría de los autores identificados explícitamente con ese conceptualismo participan en exhibiciones conjuntas con los adscriptos a todas las demás propuestas. Desde Information a Documenta 5, desde Prospekt 68 a la Septiéme Biennale de Paris, los mismos nombres se mezclan y repiten en diseños curatoriales que apuntan a la diversidad antes que a cualquier tipo de pureza.
Otro factor de interés es la diversidad de nombres que circulan hacia finales de los años sesentas y principios de los setentas para identificar a estas prácticas. Para Jorge Glusberg, el término “arte de sistemas” es el preferido; en él incluye al “arte como idea” y al “arte de proposiciones”, dos denominaciones que aluden al conceptualismo incipiente. Lucy Lippard también hace referencia a esta indefinición nominal en el título de un libro clave publicado en 1973 y que se conoce como Seis años: La desmaterialización del objeto artístico desde 1966 a 1972, pero que en su tapa agrega: “focalizado en el llamado arte conceptual, de información o de ideas, con menciones de ciertas áreas vagamente designadas como arte minimal, antiforma, de sistemas, de la tierra o de procesos”. Lo mismo puede inferirse del nombre de la exposición Live in Your Head. When Attitudes Become Form (1969), que incorpora a su subtítulo las palabras: obras, conceptos, procesos, situaciones e información.
El objetivo de este Seminario Internacional es pensar el período 1965-1975 desde la perspectiva de las conexiones, los intercambios y las contaminaciones. También, como un tiempo en el que los nombres y las categorías construidos para dar cuenta de las prácticas emergentes son todavía lábiles e intercambiables, imprecisos y con “espesor”. Recuperar esta riqueza y diversidad podría señalarnos nuevos caminos para la comprensión de ese momento tan singular, y desestimar otros, cristalizados por interpretaciones reducidas o sesgadas. Poner a prueba las categorías es una tarea que la historia del arte debe proponerse periódicamente para renovar su mirada y pensamiento.
Rodrigo Alonso.
Más información sobre el Coloquio Internacional SAP (Sistemas, Acciones y Procesos. 1965 - 1975), acá.