Rodrigo Alonso: ¿Cómo ingresó en el circuito del arte de los sesenta?
Eduardo Mac Entyre: Fue a través de Rafael Squirru, que se aproximó a mi obra desde mi etapa figurativa. En la década del cincuenta, Squirru me organizó una exposición en la galería Comte (que pertenecía a Ignacio Pirovano) junto a Miguel Ángel Vidal, que compartía taller conmigo. Después, cuando fundó el Museo de Arte Moderno, nos auspició la muestra en el Salón Peuser donde dimos a conocer el Arte Generativo.
RA: ¿Y cómo ingresó al Instituto Di Tella? ¿Fue a través de Romero Brest?
EM: Antes de exponer en el Premio Di Tella fui invitado al Premio Ver y Estimar, que se hacía en la galería Van Riel. Fue su director, Franz van Riel, quien propuso que me invitaran a formar parte del premio. Por supuesto, Romero Brest también tuvo que ver, él era quien tenía la última palabra. Luego del Premio Ver y Estimar fui invitado a exponer en el Premio Di Tella, y posteriormente en otras exposiciones organizadas allí.
En el Instituto había un lugar donde se alquilaban obras de arte, una propuesta interesante porque constituía una salida económica mínima para los artistas. Colocaban una obra en una casa, la dejaban un tiempo allí y luego el propietario tenía la posibilidad de comprarla. Uno de los que más vendía fui yo. El Di Tella era el único lugar donde se promovía el arte contemporáneo de esa época, no solo con exposiciones sino también, a veces, mediante actividades de este tipo.
RA: Y poco después lo invitaron a participar en la muestra “Más allá de la geometría” (1967)…
EM: Sí, primero se hizo en la Argentina y después en los Estados Unidos.
RA: ¿Y usted viajó a los Estados Unidos para la inauguración?
EM: Sí, allí estuvimos Vidal, Brizzi, Polesello y yo. Viajamos juntos. Y creo que también fue invitado Manuel Mujica Láinez. Beyond Geometry se realizó en el Center for Inter-American Relations. Simultáneamente, Vidal, Brizzi, Polesello y yo inauguramos una exposición en la galería Bonino de Nueva York, que se llamaba “Cuatro nuevos artistas argentinos”. Después yo tuve una muestra individual en Bonino.
RA: Pero usted ya había expuesto en los Estados Unidos, en las muestras New Art of Argentina (Arte nuevo de Argentina) y Twenty South American Artists (Veinte artistas sudamericanos).
EM: Sí, pero para esas muestras no viajé. Recién pude hacerlo por primera vez en 1967, cuando tuve una exposición individual en la OEA. Me acuerdo de que el pintor Miguel Ocampo era el cónsul. Esa muestra se vendió completa antes de la inauguración. De ahí viajé a Nueva York, y luego lo hice siempre que viajaba a los Estados Unidos.
RA: Esas exposiciones sirvieron para que varios museos de los Estados Unidos incluyeran su obra, si no me equivoco.
EM: Sí, el Museum of Modern Art de Nueva York y el Guggenheim tienen obra mía. Alfred Barr fue quien compró mi obra para el Museum of Modern Art; la compró en la galería Bonino, con la que tenía una relación fluida. La galería Bonino era un lugar clave en Nueva York en esa época; varios artistas argentinos entraron en colecciones importantes gracias a ella.
RA: ¿Con qué artistas argentinos tuvo contacto cuando viajó a Nueva York?
EM: Tuve contactos con Alejandro Puente, Marcelo Bonevardi, Fernando Maza. Al grupo de Sarah Grilo y Fernández Muro no lo vi, no recuerdo si estaban allí por esa época. Mi contacto más cercano era Bonino. Cuando hacía exposiciones en su galería, aparecían todos los argentinos que estaban dando vueltas por Nueva York. Era la época en que los Estados Unidos estaban explotando. Y era mucho más interesante que Europa, en Europa no pasaba gran cosa.