Sintonías
Inauguración:
Sábado 23 de enero de 2010
Artistas:
Elba Bairon, Alejandro Cesarco, Mirtha Dermisache, Ana Katz,
Esteban Pastorino, Alejandra Seeber
Coordinadora general
Cintia Mezza
Organización:
Aimé Iglesias Lukin y Departamento de Programación
Con el auspicio de
Tenaris / Ternium
La exhibición
En el Espacio Contemporáneo se presenta Sintonías, coordinada por Cintia Mezza, con los artistas Elba Bairon, Alejandro Cesarco, Esteban Pastorino y Alejandra Seeber.
Esteban Pastorino se distingue por particulares tomas aéreas realizadas a partir de cámaras que él mismo construye. Para la terraza de Proa ha fabricado dos artefactos que evocan en su construcción el instrumental marino: un estereoscopio y un periscopio. Los mismos permitirán al visitante observar el paisaje de La Boca con alteraciones ópticas que varían el efecto de realidad.
El artista Alejandro Cesarco y la dramaturga Ana Katz proponen una situación performática que sorprenderá a quien visite la Librería con diálogos entre los vendedores acerca de las limitaciones del lenguaje.
Diálogos sobre diálogos sobre diálogos.
En la Cafetería, Elba Bairon interviene el muro con sus particulares figuras subabstractas: pinturas, relieves y esculturas de yeso que dialogan mutuamente en una escena cercana al absurdo.
Alejandra Seeber se integra a Sintonías con burbujas de cristal realizadas en la técnica de soplado libre, citando a los globos de diálogos propios de las historietas.
Es así como cada artista ofrece piezas que funcionan en continuo con sus trabajos anteriores y sus temas, y a su vez, se incrustan en el espacio proponiendo una nueva mirada al edificio.
Elba Bairon
Sin título, 2009-2010
Instalación en la cafetería. Yeso, hierro, esmalte sintético y esténcil sobre pared.
Medidas variables
Elba Bairon produce desde la década del noventa obras que se caracterizan por un uso muy personal del yeso, el papel, el dibujo y la escultura, que resulta en piezas con un acabado muy perfeccionista. En este caso, Bairon propone para el Espacio Contemporáneo una instalación de dibujos, relieves y objetos. Diversas figuras abstractas dialogan con un personaje en una escena sin clara explicación, propia del discurso del absurdo al que suele apelar la artista en sus obras.
Diálogo y silencio en la cafetería, y como en el país de Alicia: un tiempo en suspenso, un conejo y la comida tentadora parecen ser el preludio de alguna posible peripecia.
Elba Bairon nació en La Paz, Bolivia en 1947. Desde 1967 vive y trabaja en Buenos Aires.
Estudió grabado y litografía. En 1984 y 1987 obtuvo el Premio de Grabado a Extranjeros del Salón Nacional de Buenos Aires. En 1998 obtuvo un subsidio del Fondo Nacional de las Artes y en 2001 recibió el Premio Adquisición en la Bienal de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca.
Desde la década de 1980, participó en exhibiciones individuales y colectivas en Buenos Aires tales como el Museo Nacional del Grabado, el Salón Nacional y la Galería Adriana Indik. También expuso en Intergrafik (Berlín), Washington Printmakers Gallery, IX Bienal de Grabado de San Juan de Puerto Rico y Trienal de Grabado de Osaka, entre otras.
Desde la década del 90 comenzó a trabajar en relieves y piezas de volumen. Expuso objetos e instalaciones en exposiciones individuales y colectivas en el C.C. Rojas, C.C. Recoleta, Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca, C.C. Parque España (Rosario), Instituto Latinoamericano de Roma, ARCO (Madrid), Art Basel (Basilea), Art Frankfurt, entre otros.
Links
http://www.galeriabm.com/english/muestras/0608_bairon.asp
http://www.boladenieve.org.ar/node/454
http://daisenberg.spaces.live.com/Blog/cns!1E24F43A0A268CCD!673.entry
http://www.macromuseo.org.ar/archivo/2007/10/elba_bairon.html
http://pandorama-art.blogspot.com/2006/11/elba-bairon-se-presenta-en-el-borde.html
http://www.clarin.com/diario/2003/05/24/s-05402.htm
http://www.galeriabm.com/english/muestras/0608_bairon.asp
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-627-2003-05-12.html
Textos
Elba Bairon y el largo dilema de la belleza
Por Ana María Battistozzi
Clarín, 24/5/2003
“Formas rigurosas, pero imperfectas en su configuración, se despliegan en el piso y en estantes, especialmente concebidos para contener y compensar la inestabilidad que las domina. Da la impresión que, de no ser gracias a esos dispositivos, no podrían sostenerse por sí mismas y quedarían tumbadas como esos fragmentos de reminiscencias arqueológicas que se dispersan sobre una mesa, o esa figurita femenina agigantada que se desploma en el medio de la sala bajo la mirada de una gallinita.
(...)
Quizás es como dice Daniel Molina en el texto de presentación del catálogo: que estas últimas son ideas materializadas; la encarnación de objetos puros en el sentido que les dio Platón y, como tales, se encuentran más allá del mundo real. Entonces esta muestra sería un modo de plantear el antiguo problema de la posibilidad de reconocer la belleza. O lo que ella implica y ha implicado, a través de los tiempos y si esta experiencia es todavía posible.”
Elba Bairon
Por Florencia Braga
“La obra de Elba podría imaginarse en tantos materiales como texturas que den cuenta del volumen de una respiración profunda hubiera. Piedra, madera, fundición. Sus cosas quisieran hacer aparición (no crecer) en espacios públicos, bosques cercanos al rosedal.
Cuando empezó a poner la muestra en palabras imaginaba un Supermercado chino. Un caos de falsas nomenclaturas. (...)
El primer momento de la exhibición incluía a las paisanitas. Llegaban las paisanitas desde lejos, llegaban abstractas, erosionadas de figuratividad, en un desgaste como de olvido de su fisonomía primordial, un pulido de conciencia cansada de inespecificidades, una amnesia selectiva de detalles.”
Sin título
Por Marta Dillon
Página12, Suplemento Las 12, 9/5/2003
“Ella es una mujer rigurosa que busca el despojo como un norte hacia el que avanza, en su obra y en su vida, por decisión propia y por necesidad. Porque su arte es reflejo de un universo personal que habita en este mundo y en estas coordenadas de tiempo y espacio y tampoco ha podido (ni ha querido) sustraerse de esta época de pérdidas y despojo. Esta vez buscó la extrema simplicidad de las formas, encaró un cuerpo, como ella dice, pero un cuerpo que remite a lo barato, ‘sin ningún sentimiento popular’, sólo intentando ser fiel a sí misma, a eso que anotó en un papel y que puede ser tan sencillo como ‘todo opaco’. Una consigna que no pudo cumplir porque después le pareció vacua aunque lo único que haya de brillante en su muestra es un ‘punto negro’, según la hacedora, la copa de un helado, para quien escribe, al menos la huella de una lamida que remite en su reflejo a la humedad de la saliva.
Alguna vez a esta mujer de 55 años la conmovió el rigor de la técnica. Fue cuando dejó la Escuela de Bellas Artes de Montevideo para estudiar pintura china. Entonces se maravilló por ese mundo estricto, reglado, contenedor para quien, por fuerza, había tenido una vida errante. A los cinco años dejó el país de sus padres, Bolivia, buscando refugio de la persecución política. La familia pasó por Brasil, por la Argentina, hasta que tuvo que desmembrarse para poder resistir y a Elba le tocó la casa de una tía en Uruguay. Allí fue donde el corset de la pintura china, casi una caligrafía para ella, le enseñó cómo el azar y la voluntad pueden conjugarse para que un trazo se convierta en un dibujo. Fue después de ese apego a la norma que viajó a Buenos Aires, que estudió grabado porque todavía no podía soltarse de la seguridad de un soporte técnico y que dejó todo para dedicarse a criar a sus hijos, aunque nunca dejó de dibujar. No sé decir si perdí o gané el tiempo que dediqué a los niños, dice Elba con pudor de madre. Lo cierto es que necesitó de ese tiempo de silencio para encontrar su lenguaje propio, para animarse al volumen y encontrar allí la materia con que construiría su universo privado.”
Alejandro Cesarco y Ana Katz
Ellos, 2009-2010
Situación para dos personajes, publicación y performance
Alejandro Cesarco, artista uruguayo con residencia en Nueva York, se destaca en la comunidad de artistas conceptuales por sus producciones editoriales y su obra en medios audiovisuales.
Para la librería de Fundación Proa, el artista pensó en la dirección de una performance conceptualizada en colaboración con la cineasta argentina Ana Katz.
El visitante será sorprendido por diálogos aparentemente azarosos que, sin embargo, son parte de un guión que estará disponible en una edición impresa.
Los performers, en su rol de empleados de la librería, dialogan sobre “la posibilidad de entender y transmitir la experiencia del otro” y acerca de “cómo la contemplación de las obras exhibidas en la institución influye en la reflexión intelectual del espectador”.
El encuentro del espectador con ese texto podrá, o no, producir nuevos sentidos en la recepción de la escena.
La obra cuenta con la colaboración de la reconocida actriz, directora y dramaturga Ana Katz.
De este modo, esta situación genera un interrogante en el visitante, tal como lo enfatiza la siguiente frase del guión: “La belleza sigue siendo una pregunta”.
Alejandro Cesarco nació en Montevideo (Uruguay), en 1975. Vive y trabaja en Nueva York.
Expuso en América Latina, Estados Unidos y Europa. Entre sus últimas exhibiciones individuales se destacan Two Films, Murray Guy, Nueva York, 2009; 3 Works, Tanya Leighton, Berlín, 2009; Now & Then, Charles H Scott Gallery, Vancouver, 2009; Once Within A Room, New Langton Arts, San Francisco, 2008; Retrospective, en colaboración con John Baldessari, Murray Guy, 2007; y Margeurite Duras’ India Song, Art in General, Nueva York, 2006.
Se desempeña también como editor y curador. Curó exhibiciones en Argentina, Estados Unidos y Uruguay, y un proyecto reciente para la Sexta Bienal del Mercosur en Porto Alegre, 2007. Es editor de Between Artists, una serie de libros basados en conversaciones entre artistas.
Links
http://www.cesarco.info
http://murrayguy.com/current/index.html
http://www.tanyaleighton.com/index.php?pageId=116&l=en
http://onthemake.org/2009/10/22/alejandro-cesarco/
http://www.ecuad.ca/node/2875
http://www.ramona.org.ar/files/r42.pdf
http://www.larepublica.com.uy/cultura/172699-lo-unico-permanente-son-los-cambios
http://www.tanyaleighton.com/p/p000163/CESARCO-General_press_pack-low.pdf
http://www.cesarco.info/textforenvios.htm
Ana Katz nació en Buenos Aires en 1975.
Estudió en la Universidad del Cine, donde actualmente es profesora titular de Dirección Cinematográfica.
En 2002 terminó su primer largometraje, El juego de la silla, del que fue directora, guionista y actriz. El film fue premiado en los festivales internacionales de cine de San Sebastián, Wurzburg, Lérida, Peñíscola y Toulouse y por la Casa de América (Madrid).
La película fue llevada al teatro y obtuvo un premio otorgado por el Teatro San Martín.
Katz también dirigió varios cortometrajes que se proyectaron en numerosos festivales nacionales e internacionales, y participó como actriz en el film Whisky, dirigido por los uruguayos Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella.
Actualmente trabaja en el proyecto cinematográfico Bienestar y en la obra teatral Lucro cesante.
Links
http://www.imdb.com/name/nm1195064/
http://www.cinenacional.com/personas/index.php?persona=13050
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=844232
Textos
Lo único permanente son los cambios
Por Jacqueline Lacassa
La República (Montevideo), 12/4/2005
“Me interesa catalogar, clasificar, apropiar y reinterpretar, y esto tiene que ver con un pensar el arte como un gran déjá vu. Es por esto que de cierta forma mi obra se presenta, al menos en lo formal, como una reformulación del conceptualismo histórico. Claro que se produce diferencia en esta repetición, y repetir no significa necesariamente un deseo de retorno. La idea de la traducción y la noción de historia, y más precisamente la noción de historia traducida es un motivo recurrente y explorado a través de diferentes construcciones narrativas. Me interesa cómo el significado es desplazado, cómo circunstancias discursivas son recontextualizadas a través de la memoria, el reconocimiento, y la opacidad natural del lenguaje. Algo que repito a menudo es que el énfasis estratégico de mi obra no está ubicado en la transmisión de información, sino en cómo se siente el significado.
(...)
El lenguaje es la propiedad cultural más importante que tenemos. Vivimos, recordamos, hablamos, pensamos, trabajamos, soñamos a través del lenguaje. Estamos sumergidos en él, lo heredamos, y a partir de él construimos nuestra identidad. Es imposible existir fuera de él. Pensar obra visual a partir de esto es una modalidad de abstracción. Si pinto o fotografío un rojo, el referente es ese rojo, si escribo la palabra rojo, las posibles tonalidades son infinitas. Creo que mi lugar como productor transita el límite, o la complicidad, entre leer y escribir.”
The windmills of your mind
Por María Gainza
“El primer requisito para creer que la caída de nuestro protagonista es genuinamente trágica es convencernos de que éste es un hombre admirable, un hombre que importa. Una forma sería mostrarlo, como hizo Fitzgerald con Dick Diver, en una acción notable. Acá, pareciera que la grandeza ha sido alcanzada antes de que comience la película. La primera escena lo establece ya como un ser superior, uno de aquellos estudiosos capaces de descifrar el mundo contenido en un grano de arroz. Como intelectual que es ostenta su superioridad, planea, no se pega a la realidad. Es lo que Barthes llamaría un ‘helicóptero’: alguien que se desprende de lo real y permanece en el aire, en el mismo sitio, girando en redondo. Es también un performer social que puede cuidadosamente sopesar sus ideas pero que sucumbe cuando no puede predecir la reacción ajena.
Ha sido entrenado a pensar que no puede estar equivocado. Mientras, comienza a presentir los dualismos de una mente llena de incongruencias.
Inmerso en una relación, este hombre, esta máquina de pensar, contempla intensamente el significado de la vida. La anagnórisis, aquel paso de la inocencia al conocimiento donde las certezas se derrumban, ha comenzado. Pero su departamento no está en Dublin; la nieve del texto original de Joyce es acá lluvia que curiosamente no se ve a través del vidrio ni se la escucha repiquetear contra el asfalto; y la mano que el hombre busca es la de una joven, que hastiada, mira a través de la ventana hacia un mundo menos tenso, como Percy, el gato torneado como un jarrón chino en el maravilloso retrato de la decadencia conyugal de David Hockney. Es un desplazamiento que insinúa que aquella epifanía nunca llegará a manifestarse.”
Based on a true story
Por Gabriel Pérez-Barreiro
Catálogo de exhibición, Mérida, Venezuela
“Alejandro Cesarco, artista uruguayo residente en Nueva York, es un artista de la palabra encontrada y un buceador en los márgenes del significado y de la información. Con un afán románticamente posmoderno, nos dinamita cualquier confianza en la autoridad de la palabra escrita y, por lo tanto, de la información objetiva. su tema es la interpretación múltiple y su materia prima el texto encontrado. Si bien estamos acostumbrados a leer sobre arte, estamos mucho menos acostumbrados a leer como arte. La obra nos recuerda que la lectura es, ante todo, un acto visual; que no hay letra sin imagen física, ni narrativa sin imagen de por medio.”
Envíos
Por Ana Tiscornia
Febrero de 2002
“Alejandro Cesarco es tímido, él lo es, no su obra, pero este dato es relevante ya que ayuda a descifrarla, a verla como la estrategia de comunicación de un tímido; alguien que crea una suerte de elipsis visual para poder hablar de las cosas sin nombrarlas; esconde la esencia en detalles de apariencia menor y opera como un artista conceptual, pero está mas interesado por lo que se encubre detrás del lenguaje que por el lenguaje en sí, mas movido por la persona que por el concepto, mas afectado por el texto que por el arquetipo.”
Esteban Pastorino
Estereoscopio, 2009
Latón, acero, madera y espejos
200 x 70 x 100 cm
Periscopio, 2009
Latón, acero, madera, espejos y lentes
240 x 70 x 100 cm
Esteban Pastorino tiene una reconocida carrera como fotógrafo que acompaña con diversas investigaciones sobre el medio fotográfico, los sistemas de cámaras y efectos visuales.
En esta ocasión, coloca dos dispositivos visuales en la terraza de FUNDACIÓN PROA: un estereoscopio y un periscopio realizados en latón, remitiendo a los artefactos marinos.
Estas obras modifican el paisaje de La Boca mediante un sistema de lentes y espejos internos:
El estereoscopio genera un efecto tridimensional, mientras que el periscopio muestra el paisaje como si fuera una pequeña maqueta.
La terraza se vuelve así un mirador de la esquina más representativa del barrio, estableciendo un diálogo entre la institución y su entorno.
Una apuesta con cierta carga nostálgica para reinstaurar simbólicamente al viejo mirador del puente antiguo de La Boca.
Esteban Pastorino nació en Buenos Aires en 1972.
Estudió fotografía publicitaria en la academia Fotodesign (Buenos Aires). Fue seleccionado como artista residente por el Photographic Centre of Skopelos (Grecia), la Rijksakademie Van Beeldende Kunsten (Países Bajos), la Casa de Velázquez (España) y la Fiskars Artist Residency (Finlandia).
Recibió numerosas distinciones entre las que se destacan el Premio Leonardo a la Fotografía (Museo Nacional de Bellas Artes) y el Premio Abraham Haber al Fotógrafo del Año (Asociación Argentina de Críticos de Arte).
En Buenos Aires, expuso en forma individual en ICI, Fotogalería del Teatro San Martín, MAMBA, C.C. Rojas y Galería Dabbah Torrejón. También exhibió sus trabajos en Bélgica, España, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Holanda y México.
En 2009 publicó su primer libro que incluye una selección de fotografías aéreas (Esteban Pastorino, Ediciones Larivière).
Links
http://www.estebanpastorino.com.ar/
http://www.pdnbgallery.com/artists/esteban/– Sintonías pág 6 – prensa@proa.org [54-11] 4104 1044 Fundación PROA
http://www.boladenieve.org.ar/node/472
http://www.photography-now.com/artists/K10104.html
http://www.cpw.org/exhibitions/2005/foreign_diaz/diaz/pages/gallery_diaz.html
http://blogs.lanacion.com.ar/merle/varios/esteban-pastorino-y-sus-camaras/
Textos
Elogio del juego
Por Alejandro Castellote y Esteban Pastorino
Ediciones Larivière
“En mi opinión, lo más impactante de esta colección de fotografías de Esteban Pastorino no es la subversión de la realidad, que él activa mediante una intervención en el plano focal de la lente; lo más sorprendente es que esa manipulación en un dispositivo de la cámara es capaz, por ejemplo, de trasladarnos al territorio de la infancia; no sólo hacer mutar los paisajes urbanos y naturales en maquetas, también puede convertir a todos los elementos de la imagen en parte de los universos que inventábamos en nuestros juegos de niños. Y jugar nos sumerge en una relación directa con la fantasía, con la magia; es una desconexión voluntaria de la racionalidad, una emancipación que permite al hombre relacionarse de otro modo con la realidad. Y esa facultad coincide con una de las propiedades esenciales del arte moderno, que se separaba así de la teoría clásica de los filósofos griegos, que definían el arte como una mímesis de lo real. Una idea en cierto sentido paralizadora, que afectó también a la definición de la esencia de la fotografía desde su invención, dado el carácter eminentemente técnico de su funcionamiento y las aplicaciones científicas y documentales que se le adjudicaron en sus primeros años. La aparición de la fotografía fue una de las causas de la crisis de la pintura, ya que cumplía con mayor eficacia y menor coste su objetivo clásico, pero la fotografía no sólo contribuyó a la crisis de la pintura también facilitó su emancipación.
(...)
Las paradojas visuales de Esteban Pastorino, son el resultado de su fascinación por construir artefactos capaces de provocar en el espectador una ilusión en los sentidos. En cierto modo, desarrolla un ritual de ecos mágicos que lo emparenta con los apasionados pioneros de la fotografía en el siglo XIX; especialmente con aquellos que se concentraron en la génesis de dispositivos capaces de detener el movimiento, extender el campo visual o simular la tridimensionalidad. A ese grupo pertenecen Arthur Batut y Eadweard Muybridge. El primero desarrolló en 1890 un artilugio capaz de tomar fotografías aéreas desde una cometa ampliando, merced a la versatilidad del aparato, los posibles usos de unas visiones cenitales que ya habían sido obtenidas por primera vez desde un globo aerostático por Nadar en 1858. El segundo se hizo famoso por sus panoramas y sus cronofotografías, que descomponían y congelaban el movimiento de personas y animales. Sus investigaciones para simular la animación de imágenes le llevaron a inventar el zoopraxiscopio, para muchos una de las máquinas precursoras del proyector de cine. El siglo XIX y los albores del XX fueron ricos en experimentos de este cariz y solían tener una extraordinaria caja de resonancia en las Exposiciones Universales, donde el público contemplaba fascinado esos inventos de nombres inquietantes: Zootropos, fenaquitiscopios, kinoras, kinetoscopios, folioscopios, dioramas o cámaras y visores estereoscópicos. En algunos casos, estos dispositivos tenían aplicaciones científicas, en otros, meramente lúdicas pues eran sólo puntos de vista o percepciones de la realidad inaccesibles para el ojo humano.”
La ficción técnica
Por Juan Valentini
FOTO ESPAÑA 2008. Catálogo de exhibición
“A menudo los fotógrafos eligen la cámara según la imagen que pretenden obtener. Lo distintivo, en el caso de Esteban, es que él establece las reglas de juego de la imagen, pero el que juega no es él, sino su cámara. O, dicho de otro modo, que una de las tareas principales de Esteban es transformar la cámara (junto con los procesos de revelado y copiado) en la imperceptible protagonista de la imagen.
Sus fotos, entonces, vuelven sobre el problema de la objetividad fotográfica, pero en el sentido de que se conectan con el mundo poniendo de relieve la tecnicidad de la fotografía, la fotografía explorada en su voluptuosidad técnica. Así es como, también, el fotógrafo se “tecnifica”: dejando de controlar, en gran medida, lo que hay del otro lado del visor, delegando esa tarea a las leyes internas del aparato. Como si fotógrafo y cámara entablaran una conversación (en algunos casos, incluso una discusión). Como si el fotógrafo le dijera a la cámara: te dejo sola (por ejemplo, frente a la costa del balneario uruguayo de Piriápolis, o montada en un barrilete que sobrevolará la Ciudad Universitaria de Buenos Aires), a ver qué sos capaz de hacer por tu cuenta. No se trata, así, de la objetividad como voluntad de documentación, de una fe en la verdad histórica del objeto fotográfico, sino de una retirada del ojo del fotógrafo en función del predominio de la materialidad y el proceso técnicos. Se trata, en suma, de un juego lingüístico.
(...)
A nosotros, sujetos construidos en medio de un contexto ampliamente tecnificado, nos sigue asombrando el mundo que las imágenes de Esteban producen. Y no porque nos atraiga meramente lo técnico. En realidad, si el artificio que hay en esas imágenes desequilibra nuestra percepción, es porque quiebra, o excede, la normalidad de constantes innovaciones que la propia tecnología realiza. Y es también, a la vez, la clave que nos entrega a mundos imposibles, y aquello que, enseguida, estimula en nosotros un deseo irrefrenable de ficción. Ficción, de esta manera, en un doble sentido: la que se despliega a partir de los lugares creados por una forma técnica no conocida –o por lo menos no experimentada- por nosotros; y la que nosotros, como espectadores, generamos sobre la base de esa invención. Podríamos llamar a esta confluencia ‘ficción técnica’.”