Biografía
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Andrea Mastrovito (Bérgamo, 1978) actualmente vive y trabaja en Nueva York. Es un artista multidisciplinario conocido por su capacidad para abordar el dibujo a través de diferentes medios, desde el papel y la instalación hasta películas animadas, potenciados por las habilidades narrativas que le permiten comprometer todas y cada una de las formas de expresión. Graduado en 2001 en la Academia de Bellas Artes G. Carrara de Bérgamo, desde mediados de la década de 2000 Mastrovito ha tenido exposiciones en museos y Bienales de todo el mundo. Sus obras más famosas son La isla del Dr. Mastrovito (2010-2012), creada con miles de libros recortados, Gv 19,30 (2014), vidrieras tridimensionales para la iglesia de San Giovanni XXIII en Bérgamo, y sus últimos largometrajes de animación, NYsferatu (2017) y I Am Not Legend(2020).

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia otorgó a Andrea Mastrovito el Premio Nueva York en 2007. También ganó el Premio Moroso en 2012, el Premio Ermanno Casoli en 2016, el Consejo Italiano en 2019, el Prix Plantagenet y el Premio Icona en 2021 y en 2022 se le otorgó el PAC del Ministerio Italiano de Patrimonio Cultural.
En 2011, se convirtió en el primer artista en tener una exposición individual en el Museo del Novecento de Milán. Sus obras también se han incluido en muchas exposiciones institucionales en toda Europa y los Estados Unidos, como las del Museo de Artes y Diseño, The Drawing Center y Queens Museum en Nueva York; Magazzino Arte Italiano, Cold Spring; Museo MAXXI, Museo MACRO y Palazzo delle Esposizioni, Roma; Centro Pecci, Prato; MART, Rovereto; Belvedere21, Viena; MUDAM, Luxemburgo; Galería de Arte de Manchester, Manchester; BPS 22, Charleroi, etc... Algunas de sus exposiciones individuales más recientes incluyen Strange Days, Laznia Center, Gdansk (2021); Io Non Sono Leggenda, Museo del Novecento e del Contemporaneo di Palazzo Fabroni, Pistoia (2020); Very Bad Things, La Galleria Nazionale, Roma and Le Monde Est Une Invention Sans Futur, Fondation Bullukian para la 15ª Bienal de Lyon (2019) y Symphonie eines Jahrhunderts, Kunsthalle Dominikanerkirche, Osnabruck (2018).

“El artista no es un cronista”, diario de un artista viajero. Entrevista a Andrea Mastrovito
El equipo de Prensa realiza una entrevista al artista a pocos días de comenzar su proyecto para compartirla con el público e invitar a su exposición en PROA21 una vez finalizada la residencia.

¿Cómo surge este proyecto que conecta Bérgamo, Nueva York y Buenos Aires?

En 2019 Fundación Proa junto con la GAMeC me propusieron formar parte de los intercambios de artistas entre Italia y Argentina. Así fue que conocí a Irina Kirchuk cuando se encontraba en Bérgamo realizando su residencia. Ella conoció mi taller y espacio sin fines de lucro The Drawing Hall, inaugurado en noviembre de 2021. Se trata de una pequeña galería dedicada al dibujo, el único espacio italiano de investigación sobre dibujo contemporáneo. Se dedica principalmente a hacer monografías sobre artistas italianos que en los últimos 20 años representaron la escena italiana en el mundo, mostrando que -incluso en la obra de grandes artistas- el dibujo está en la base de todo gran punto de partida.

¿Por qué pensás que en Italia no había hasta ese momento un espacio dedicado al dibujo como sí sucede en otras partes del mundo?

Sucede que, además de que en los últimos 20 años hubo una dificultad económica muy fuerte por la recesión en Italia, existen problemas con la crítica respecto a la consideración o valoración del dibujo por el mercado. En mis viajes entre Bérgamo, Milán y Nueva York tuve la posibilidad de conocer a muchos artistas que trabajan desde el dibujo y justamente el Drawing Center de Nueva York es el lugar en el que se trabaja con mayor calidad. Siempre hay muestras muy importantes que descubren lenguajes realmente inesperados. Al mismo tiempo en esa ciudad me acostumbré a la idea de tener espacios expositivos en contextos industriales y a los espacios autogestionados por artistas.
Por eso, en este espacio nuevo en Italia no solamente existen muestras sino textos críticos que indagan las distintas investigaciones y videos que registran la práctica del artista.

¿Cómo se relaciona esta experiencia con tu práctica actual?

Con los años aprendí que es fundamental compararse con otros artistas para entender más a fondo el trabajo propio y encontrarse con los errores o las cosas feas del propio hacer y entender. Los errores son comunes y permiten afianzar la calidad y la dirección del trabajo.
Mi modo de hacer es muy particular y no encaja en ciertas corrientes, voy por mi camino, esencialmente viendo lo que sucede. El medio con el identifico mi entorno es el lápiz. Gracias al tiempo del lápiz y del dibujo -que no es el tiempo en el que vivimos todos los días-, no es el tiempo de los celulares, ni de internet, tampoco el de la fotografía ni del cine, sino uno que no nos pertenece más, es que desarrollo mi práctica.

En el tiempo del dibujo suceden muchísimas cosas, mientras que por ejemplo la fotografía es instantánea. El tiempo del dibujo permite a la obra enriquecerse. El proyecto que estoy realizando aquí en PROA21, está naciendo lentamente, va creciendo en base a lo que encontramos. Crece así como el dibujo, que te da un tiempo tanto para hacer como para equivocarte. La parte del error es la parte fundamental porque es desde el error que surge la desviación -del latín clinamen– se llega a la novedad, que permite, a su vez, evolución del trabajo. 

El dibujo se presta muchísimo a esto, sobre todo porque yo uso el dibujo -y lo veremos en la instalación que estoy realizando acá- como magia. Magia como algo que hago casi de manera automática y que después descubro que funciona de una manera completamente nueva, como es el caso del frottage, que se dibuja a través de un velo, el famoso velo de Maya, y después se corre y deja ver la realidad. Por lo tanto se descubre que lo que había debajo de la hoja era un objeto cotidiano: un plato, un sobrecito, un teléfono, o cualquier otra cosa. Estoy desarrollando esa técnica que se remonta también a otra técnica fundamental también para mí, y que lo fue para toda la comunicación del arte, que es el grabado. Mi modo de trabajar es muy afín al grabado, crear algo que sea una sorpresa también para mí, pero que sobre todo tenga una intervención externa, de otra persona o incluso de una máquina que logra que el dibujo parezca que nació solo, casi una cosa que tenía que estar ahí sólo porque tenía que estar ahí, no porque lo quisiera poner yo. Cuando llego a ese punto, entonces el trabajo funciona.

En tu proyecto específico para PROA21 estás trabajando con muebles ¿Por qué elegiste estos objetos?

Esta es una instalación que tenía en mente desde hace un tiempo y que amontona distintos objetos, como un ensamblaje que se refiere a una costumbre argentina o incluso neoyorquina -donde surge esta idea-, la de encontrar muebles u objetos en la calle que se recuperan para su uso.

En este caso se incluyen libros y valijas que están ligadas a la idea de viaje. La instalación justamente se llama “Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer” y se trata de una cita de un grabado de Goya, quien para mí es un maestro extraordinario. 

Esta idea se refuerza por un lado con figuras de cabezas, que estarán entre los muebles, de forma cónica como símbolo de la ignorancia, pero no vista de manera negativa sino en relación a no saber hacia dónde vamos; y por otro con máscaras y tocados que se refieren a los orígenes. De alguna manera esta instalación se refiere al ser humano que siempre se destruye, desde los inicios, muta y por lo tanto se comporta como una pérdida.
Quería crear aquello que sucede en mi tiempo, con objetos. Mi idea de residencia es traducir en el taller aquello que vi afuera, como una referencia. El artista no es un cronista. La referencia de “Los desastres de la guerra” de Goya, alude al primer periodista gráfico de la historia que es Francisco Goya y que dibuja aquello que ve. El artista es aquel que junta los pedazos que encuentra aunque sea en distintos espacios de manera que tengan un sentido, un nuevo sentido. Y esencialmente es eso lo que estoy haciendo con los muebles.

Hablaste de las valijas, de la idea de mutar, de la diáspora. Incluso por tu trabajo te has mudado muchas veces, ¿esta obra es autorreferencial? 

Yo siempre digo que odio viajar y siempre me encuentro viajando, aunque sea solo para ver los partidos de Atalanta (club de fútbol de Bérgamo). Yo no tengo un placard, tengo una valija, una valija grande abierta en mi cuarto, tal vez en Nueva York un poco menos, con algunos armarios pequeños que son lo que no soy, todo lo que no llego a ser: sedentario. Incluso mi alegría no es mi casa sino mi taller; mi taller en Nueva York, mi taller en Bérgamo y ahora mi taller aquí.

Gracias a la colaboración de Tenaris, la instalación de Andrea Mastrovito puede visitarse en PROA21 una vez finalizada su residencia artística.

Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer
Lápiz litográfico sobre muebles encontrados, 250 x 1500 cm, 2022

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El título de la instalación, como el de la exposición en su totalidad, hacen referencia a distintas inscripciones que Francisco de Goya (1746-1828) -pintor y grabador español de gran influencia para Andrea Mastrovito- introducía como leyendas para acompañar las imágenes de cada uno de sus grabados. Así sucede en su serie Los desastres de la guerra (1810-1815), donde Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer es la inscripción que da título al grabado que inaugura la serie y Yo lo vi acompaña al nº 44.

Sobre muebles y objetos encontrados en las calles de Buenos Aires, Mastrovito compone un paisaje sombrío en el que merodean diversos personajes sin rostro entre desechos y topadoras. Algunos de ellos tienen cabezas cónicas con las que Mastrovito busca simbolizar la ignorancia, pero no en forma negativa, sino en relación al no saber hacia dónde vamos, mientras que otros tienen cabezas en formas de herramientas o máscaras de culturas prehispánicas. Incluso se pueden atisbar selknams, pobladores originarios que habitaron el extremo austral de Chile y de nuestro país, con sus característicos cuerpos pintados. La inclusión de estas figuras ancestrales, según el artista, busca representar la eternidad de nuestra condición humana y una concepción cíclica de la vida.

Las referencias a los grandes maestros de la historia del arte no se agota con las citas a Goya. Las formas geométricas que cargan los habitantes de este entorno fueron inspirados a su vez por un polígono misterioso que aparece en el grabado Melancolía I (1513-1514) del maestro del renacimiento alemán Alberto Durero, que acabó conociéndose como “el sólido de Durero” y que en geometría se conoce como trapezoedro triangular truncado.  Según Mastrovito, el tema principal de la instalación es la melancolía, y la pregunta que queda vacante podría ser si acaso los personajes la recolectan o la esparcen.

La segunda parte de la instalación fue realizada con la técnica del frottage. Aquí el dibujo adquiere volumen, como cáscaras vacías o fósiles de nuestra vida cotidiana. En palabras del artista “de alguna manera, esta instalación se refiere al ser humano que siempre se destruye, desde los inicios, muta y por lo tanto se comporta como una pérdida.“

NYsferatu - Symphony of a Century (NYsferatu - Sinfonía de un siglo)
Película animada, 2017. Dur.: 66 min.

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NYsferatu es una reinterpretación de la película de Friedrich W. Murnau, Nosferatu (1922), en sí misma una adaptación del libro Drácula de Bram Stoker. El film animado fue creado a través de la técnica del rotoscopio, la cual consiste en reemplazar cada fotograma de una filmación por dibujos «calcados». Así se transmite al dibujo la naturalidad y secuencialidad de movimientos, expresiones, luces, sombras y proporciones propias de la filmación original que sirvió de base para la animación.

Conservando el relato original de la película, Mastrovito modificó por completo los escenarios donde se desenvuelven los personajes para ambientar la película en la ciudad de Nueva York actual. Así busca crear un resumen de nuestro tiempo, una especie de “biografía de todos” utilizando el cine como lenguaje popular. La producción de la película llevó tres años, en los que Mastrovito y un equipo de 12 artistas dibujaron cada fondo tres veces para replicar el hermoso y espeluznante efecto del obturador parpadeante del cine primitivo. En total, el equipo realizó 35.000 dibujos a mano para crear este largometraje de animación. 

NYsferatu cuestiona la interpretación clásica del vampiro, visto aquí como el forastero prototípico, mientras aborda los muchos obstáculos que enfrentan los inmigrantes que escapan de la guerra y las dificultades en el hogar sólo para enfrentar otros desafíos como la explotación económica, la discriminación o la xenofobia en su nuevo país. Los espectadores de todas las edades verán muchas imágenes familiares en la película, incluidos los puntos de referencia icónicos de la ciudad de Nueva York, como la Estatua de la Libertad y la Torre de la Libertad, así como innumerables referencias visuales a nuestro clima económico y político actual.

Zero Casualties V (Cero víctimas V)
Pizarra tallada, 34 x 54 cm, 2022

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Esta obra, que viajó de Nueva York con Mastrovito, forma parte de una serie de pizarras talladas, donde se representan grupos de personas acorraladas en distintas situaciones frente a la amenaza de ser borradas por propulsores de agua. Algunos de ellos, como se puede ver en esta pieza, se protegen al reparo de libros, resistiendo a la embestida del agua. Todos los libros-escudos de las imágenes, símbolos de la cultura y el pensamiento, versan sobre la melancolía, el hastío y la lucha por la libertad. Muchos de ellos también están presentes tanto en el frottage de Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer como en NYsferatu.

A diferencia de los dibujos de Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer, aquí las imágenes se componen por extracción, trabajando la superficie del pizarrón con cutter y lija.