Arte y Arquitectura del Antiguo Noreste Argentino
por José Pérez Gollán
Este texto ha sido pensado desde la perspectiva de un arqueólogo en cuyo campo de interés profesional y personal el arte es importante. Nuestro enfoque trata, apasionadamente, "[...] de penetrar cosas secretas y ocultas a base de elementos poco apreciados o inadvertidos, de detritos o "desperdicios" de nuestra observación" (Freud 1972:V, 1883; Ginzburg 1989:141). Thomas Huxley -en un ciclo de conferencias que impartió en 1880 para difundir los descubrimientos de Darwin- lo denominó el "método de Zadig" y apelaba a la historia, la arqueología, la geología, la astronomía física y la paleontología; con posterioridad, la historia del arte tuvo una responsabilidad crucial en su aplicación y desarrollo (Ginzburg 1989:157). El paradigma indicial, como lo denomina Ginzburg, trata "... la manera en que ciertos mínimos indicios han sido asumidos una y otra vez como elementos reveladores de fenómenos más generales: la visión del mundo de una clase social, o de un escritor, o de una sociedad entera. [...] La existencia de un nexo profundo, que explica los fenómenos superficiales, debe ser recalcada en el momento mismo en que se afirma que un conocimiento directo de ese nexo no resulta posible. Si la realidad es impenetrable, existen zonas privilegiadas -pruebas, indicios- que permiten descifrarla [...] Pero el propio paradigma indicial usado para elaborar formas de control social cada vez más sutil y capilar pueden convertirse en un instrumento para disipar las brumas de la ideología, que oscurecen cada vez más una estructura social compleja, [...]" (Ginzburg op.cit.:162-3).
En la Argentina contemporánea se percibe, por lo general, un alejamiento, un corte, entre el mundo del arte y el de la arqueología. Desde nuestra mirada, juzgamos que son varias y diversas las circunstancias -todas ellas históricas- que han concurrido para generar esta atmósfera de distanciamiento. Para tomar un ejemplo: existe una enorme ignorancia de los conocimientos que generan las investigaciones arqueológicas. Por un lado, los arqueólogos tiene su cuota de responsabilidad en tanto no han sido capaces -como comunidad académica- de hacer realidad un plan coherente y consistente de divulgación científica. Por otro, se destaca la endeblez de los proyectos colectivos, tanto públicos como privados, para la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural. La organización de los museos en la Argentina, por ejemplo, ha quedado cristalizada en una irreconciliable división implícita del universo: por una lado la Naturaleza, que es el reino de los minerales, fósiles, animales y del hombre "primitivo" quien está más allá del tiempo histórico y de sus leyes; por otro la Civilización o la Cultura, reino del tiempo cronológico, de la relación entre causa y efecto, del desenvolvimiento del progreso espiritual y material. Estos dos "Reinos" están ejemplificados respectivamente por los museos de Historia Natural y de Bellas Artes: la Ciencia y el Espíritu (Errington 1993:210).
El panorama se enturbia aun más pues los arqueólogos, por lo general, han mirado con desconfianza -y cierto desdén- la producción de una historia del arte que ha abusado del ensayismo, la crítica especulativa y que carece de la tradición que legitime las prácticas de una investigación rigurosa. A la mayoría de los arqueólogos, por otro lado, les falta la preparación adecuada para enfrentar el complejo y, al parecer inasible, universo del arte prehispánico, pues son muchos los que se han formado dentro de estrictos y rígidos preceptos derivados de las Ciencias Naturales. En nuestro país ha quedado embebido en la trama más íntima del tejido social el modelo jerárquico que toma a la sociedad europea occidental como la expresión más elevada de la evolución y, en consecuencia, se la tiene como el paradigma de lo civilizado. Desde la segunda mitad del siglo pasado esta explicación universal sirvió para naturalizar y racionalizar la extinción de los "primitivos" en aras del "Progreso", resultado inevitable -se nos asegura- de la supervivencia del más fuerte en la lucha por la existencia. Ante las sociedades indígenas se ha manejado una mezcla de positivismo con darwinismo social, para enfatizar los supuestos componentes negativos de la población nativa que explican el atraso de la modernidad en la América mestiza. No son pocas las ocasiones en que la arqueología ha mostrado la cultura (material) de unas poblaciones indígenas pretéritas que, por su mismo carácter de lejanía prehistórica, también aparecen como testimonio de la desaparición de los "atrasados" por el implacable desarrollo de la Historia Universal.
Arte y Evolucionismo en Europa
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Arqueología y el Arte en la Argentina
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