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En Fundación Proa
Christo y Jeanne-Claude: cómo envolver puentes e islasColumnas escondidas en la planta baja de Fundación Proa, para la muestra antológica de Christo y Jeanne-Claude.
Es una buena idea, y una muestra de elegancia, respetar los principios de los artistas cuando estos son explícitos, en lugar de tentarse con nomenclaturas externas, provenientes de las lecturas o la imaginación del crítico o del experto. A la obra de Christo, muerto hace exactamente dos años en Nueva York, y Jeanne-Claude se le puede endosar varias etiquetas, pero como para ellos estas eran buenas para las botellas de vino pero no para su arte, dejaremos eso de lado, por más atractivo y simplificador que pueda parecer. La exposición de la pareja creativa que formaron Christo Vladimirov Javacheff y la marroquí Jeanne-Claude Denat de Guillebon, montada en la Fundación Proa, tiene, además de la capacidad de mostrar la enorme ductilidad de los artistas, algunos elementos que la hacen indispensable. Con ella, Proa se instala en la mejor tradición museística actual, combinando la centralidad del hecho estético con dos dimensiones que no por laterales son secundarias, la pedagógica y la del recreo y el esparcimiento, que traen aparejadas las instancias del placer y el juego.
Christo y Jeanne-Claude es una exposición con autoría de Jorge Helft, entre otros méritos tiene la creación de la Fundación Antorchas, y la curaduría es de la italiana residente en Nueva York Lorenza Giovanelli. La muestra abrió el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA), en Punta del Este, Uruguay, pero en la versión argentina se la exhibe con otra disposición, con más obras y una serie de videos y gigantografías que completan el registro para el visitante.
El 7 de mayo de 1983, se completó Surrounded Islands, en Florida, EE.UU, en la que once islas fueron rodeadas de polipropileno rosado flotante
El diálogo entre ocultar y mostrar, uno de los ejes en la obra de Christo y Jeanne-Claude, esa posibilidad de destacar algo escondiéndolo de la vista o convirtiéndolo en otra cosa se espeja en el montaje de la exposición en el gesto inteligente de esconder las clásicas columnas de fierro de la sala más grande de la planta baja en una panelería enorme de piso a techo que corta el espacio de un modo singular. Esta decisión de Pablo Zaefferer, jefe de Montaje, reforma la espacialidad haciéndola funcional mientras recrea la actitud de los protagonistas de la exposición. Dejar una de las columnas fuera del escondite refuerza el gesto y le hace un guiño lúdico y cómplice a quienes conocen bien el espacio.
La exposición tiene la gran virtud de su legibilidad. La opción de organizarla cronológicamente y por proyectos le da coherencia al guión curatorial y permite al mismo tiempo percibir la evolución artística y la dimensión de “campaña” que tenía cada trabajo de Christo y Jeanne-Claude.
Si bien es reconocido que la parte más monumental del trabajo de la dupla se materializaba en sus intervenciones concretas sobre el espacio, la muestra permite ver los procesos creativos, las obras laterales –tan valiosas en términos artísticos como la realización final–, los abordajes técnicos de cada proyecto, las maquetas que realizaban para lograr los permisos y la búsqueda de fondos y la complejidad técnica, física y matemática de cada una de las piezas.
Medio siglo de grandes proyectos en todo el mundo.
Como señalamos, el planteo de la exposición es cronológico, por lo que el visitante se encontrará primero con trabajos tempranos de Christo, nacido en Bulgaria y recién llegado a París en la segunda mitad de los años 50. Pueden verse allí los tempranos ejercicios del artista envolviendo con tela barriles de petróleo y, en otra escala, pequeñas latas forradas en telas pintadas con esmalte. La evolución de la obra en esos años lleva a la sofisticación del gesto de envolver y a la presencia de nuevos soportes y materiales. Una revista, el nylon, cuerdas y algo fundamental para el desarrollo posterior: lámparas y libros envueltos formando esculturas muy sugestivas, donde lo que se ve y lo que se esconde terminan confundiéndose. En esa primera sala, también se ven bocetos, collages y dibujos de lo que sería su debut en una exposición individual en Estados Unidos, con la escultura Four Store Fronts Corner, realizada entre 1964 y 1965 y expuesta en la galería Leo Castelli. La obra tomaba todo el espacio de la galería, lo que hacía imposible para el espectador verla completa. La sala de Proa completa su mirada sobre esta etapa de Christo con una gigantografía de esta obra que permite acercarse a la experiencia original.
El arte de pensar en grandeEn la sala dos empiezan a mostrarse los proyectos más ambiciosos de la pareja creativa, intervenciones en el ambiente que llevan un extenso proceso de trabajo, gestión, preparación y ejecución, sofisticación técnica y esfuerzo. El primero que llama la atención es Packed Coast, un aventura en las costas cercanas a Sydney, en Australia, y que consistió en literalmente tapizar más de dos kilómetros de costa, con mar y acantilados incluidos, con 93.000 metros cuadrados de tela blanquecina atados con 56 kilómetros de soga. Fue la obra de arte individual más grande que se haya hecho jamás.
Gigantografía de sus latas de petróleo envueltas.
Christo y Jeanne-Claude fueron pareja desde 1960, tras una relación clandestina que salió a la luz luego de la luna de miel de ella con su primer marido. Sus proyectos siempre se iniciaban con el dibujo, y eso se percibe en la disposición con la que Proa decidió mostrar estas obras. Los collages y bocetos son de una riqueza artística y una meticulosidad técnica desbordante. Hay planos aéreos intervenidos por trazos de dibujo y esmaltes para poder luego escalar el proyecto. Abundan los datos técnicos y notas. El resultado es sobrecogedor. La tela sobre los riscos y la pendiente del terreno escarpado, su inmersión en el mar y el juego que se establece con el viento y el oleaje formula una reinscripción de la idea clásica del paisaje en clave ambiental que se referencia en otras obras –pienso en Robert Smithson, en James Turrell, pero también en García Uriburu o en Alejandro Propato– pero que reclama también su originalidad.
También monumental, Valley Curtain, la cortina tendida en Rifle, Colorado, se recrea en esta sala. Realizado entre 1970 y 1972, involucró la instalación de un enorme cortinado color naranja entre las laderas de dos montañas. El paño de 380 metros de nylon tejido cubría 18.600 metros cuadrados en total. Como en el caso anterior, los bocetos adquieren carácter de obras de un valor artístico igualable al de su concreción en el terreno, con profusos datos técnicos. Se destaca la progresión en la calidad de los dibujos y collages a medida que el proyecto avanza y debe adecuarse a la búsqueda de permisos y financiamiento. La incorporación del color a los primeros trabajos en lápiz y carbonilla le suman a un realismo especial que se acerca cada vez más al del trabajo instalado en el espacio.
Wrapped Magazines (LIFE), 1966. Un atado de revistas empaquetadas con plástico y sogas.
La sala se completa con trabajos más pequeños, en emplazamientos urbanos, como el cubrimiento del monumento a Leonardo en la Piazza della Scala en Milán, el de un edificio en Times Square, en Nueva York, y el de una serie de esculturas romanas en Munich, en 1991. Estas dos últimas piezas forman parte de la colección de la Fundación Federico Klemm y constituyen un valor adicional en Proa.
La sala tres está dominada por dos proyectos formidables. El envoltorio del Reichstag en Berlín y el rodeo de las islas cercanas a Key Biscayne. El primero necesitó para concretarse desde 1971 hasta 1995. El imponente edificio del parlamento alemán fue cubierto con 100.000 metros cuadrados de tela de polipropileno recubierto de aluminio y 15,6 km de soga azul. Cada atadura, cada pliegue de la tela realza la superficie arquitectónica del edificio histórico ligado al nazismo, remarcando aristas y señalando vacíos. Los registros de la experiencia muestran la escala humana y la sorpresa de los transeúntes. Una vez más, el diálogo posible entre ocultar algo y al mismo tiempo resaltarlo se impone desde la obra de Christo y Jeanne-Claude de un modo evidente y ciertamente inquietante. Dos dibujos a lápiz, pastel y carbonilla que muestran el bocetado están precedidos por el mapa de esa parte de la ciudad.
Christo y Jeanne-Claude trabajando en su proyecto The Umbrellas, Ibaraki, Octubre 1988.
Entre 1981 y 1982 realizaron las Surrounded Islands, en Biscayne Bay, en Florida. El proyecto supuso el rodeo de once islas con 600.000 metros cuadrados de tela de polipropileno rosa. De cada isla, la tela se iba extendiendo hacia la bahía. Esta obra fue pensada por los artistas como una pintura convencional. La tela operaba como un trazo y la idea era que pudiera verse a escala humana. Desde los edificios, desde la ruta y desde las playas circundantes, la estela rosa de la tela dibujaba en el agua unos caminos que resaltaba la presencia de las islas. En la sala hay una serie de dibujos y collages, algunos con base en fotografías, que van marcando su despliegue en el tiempo.
Dos proyectos sobresalen en la última sala, uno realizado otro inconcluso. El primero es The Gates, en el Central Park de Nueva York. Emplazado finalmente en 2005, consistía en un sendero con 7.503 puertas de material vinílico de casi 5 metros de altura desde los que pendían unos lienzos de nylon color naranja. El trayecto de la obra cubría 37 kilómetros del parque y el ondular de las telas con el viento formaba, en conjunto con el blanco de la nieve del invierno neoyorquino, una imagen fuerte, mezcla de romanticismo y potencia. Los dibujos que hicieron para sostener este proyecto son de un tamaño y de una vibración realmente estremecedora.
The Mastaba, el único proyecto inconcluso que tiene autorización para realizarse, en Abu Dhabi.
El proyecto no realizado es La Mastaba, una estructura que remite a una tumba egipcia con una base rectangular y un vértice en planicie. Fue ideado para el emirato de Abu Dhabi y es el único que cuenta con autorización legal dispuesta por Christo para su realización tras su muerte.
La exposición de Proa es pedagógica sin resignar ni un poco de belleza. Pone en discusión profundas convicciones teóricas de la historiografía del arte sin necesidad de ponerse solemne y recrea una buena parte de la contemporaneidad proponiendo al espectador una experiencia integral, íntima y expansiva a la vez.
Christo y Jeanne Claude
Lugar: Fundación Proa, Av. Don Pedro de Mendoza 1929
Horario: jueves a domingo de 12 a 19
Fecha: del 14 de mayo al 17 de julio, 2022
Entrada: general $150.
Las obras que integran la muestra y los documentos exhibidos rastrean los comienzos de Christo Javacheff (Bulgaria, 1935- Nueva York, 2020) y el trabajo con su esposa, la francesa Jeanne-Claude Denat, (Casablanca, 1935-2009), hasta sus inmensos proyectos como el último no realizado, aún, de la Mastaba en Emiratos Árabes, que de concretarse se transformaría en la única obra no efímera de gran tamaño.
POR MARINA SEPÚLVEDATienen los colores que identifican a La Boca: amarillo y azul. Las primeras se instalaron en Estados Unidos y las otras en Japón, al mismo tiempo, el 9 de octubre de 1991. Fueron más de 3000 sombrillas de seis metros de alto y ocho de diámetro las que conformaron el proyecto Umbrellas, que Christo y Jeann-Claude habían comenzado a imaginar en 1984. Y cuya concreción material duró apenas 18 días, hasta que llegó el trágico final: una mujer murió en California, atrapada por uno de esos parasoles gigantes, y dos días después falleció un trabajador que intentaba retirar otro en Ibaraki.
Claro que la parte macabra de la historia no se incluye en el texto de sala de Fundación Proa, donde el sábado próximo se inaugurará la retrospectiva del artista búlgaro-francés y su mujer (nacida en Marruecos en 1935, y fallecida en 2009), versión porteña de la que alojó desde enero último el flamante Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry en Punta del Este.
Organizada por ambas instituciones junto con los representantes del legado, curada por Lorenza Giovanelli e impulsada por el coleccionista argentino Jorge Helft, abarca una producción de seis décadas, con monumentales intervenciones urbanas y de land art –una “etiqueta” que no convencía a la pareja- en varios países. Si bien no está el registro de la envoltura del Arco de Triunfo de 2021, en la que Christo trabajaba cuando murió un año antes, sí pueden verse los bocetos de La Mastaba de Abu Dhabi, proyecto iniciado en 1977 que se convertirá en el último. Y, también, en su única obra de arte público permanente.
Formada por 410.000 barriles de acero de colores, promete ser la escultura contemporánea más grande del mundo. Será construida en el desierto de Liwa por Vladimir Yavachev, sobrino de Christo, que trabajó con ambos durante más de tres décadas y tuvo a su cargo el desafío póstumo de París.
El aire de la capital francesa llega a Buenos Aires gracias a una de las cuatro piezas pertenecientes a la colección de Federico Jorge Klemm que Christo y Jeanne-Claude vendieron para financiar sus proyectos. Una litografía ilustra la propuesta realizada en 1969 de envolver 330 olmos ubicados sobre la avenida Les Champs-Élysées, desde Rond Point hasta el Arco del Triunfo. Finalmente concretarían la idea en 1998 en la ciudad suiza de Riehen, en el parque ubicado alrededor de la Fundación Beyeler, como se puede ver en una de las gigantografías ubicadas en las salas de Proa.
“Esto permite acercarse a la dimensión real, porque lo lindo es la monumentalidad de las obras”, explica Pablo Zaefferer, responsable de Montaje de la fundación. Mientras toma con guantes y delicadeza el reverso de algunas obras enmarcadas, que llevan la firma de Christo con marcador y fechas que se remontan hasta más de medio siglo atrás, agrega que otra clave de esta muestra son los videos documentales, que permitirán comprender el complejo (y largo) proceso creativo de los artistas. También, lo que no puede apreciarse en los dibujos ni en las fotos, como los reflejos de la luz sobre los árboles envueltos o el movimiento de las telas al aire libre.
Fue justamente un viento de casi cien kilómetros por hora el que embolsó la Cortina del Valle, una tela naranja de 18.600 metros cuadrados que cruzaba la autopista 325.en Rifle, Colorado. Este proyecto, que había tardado 28 meses en concretarse, se desmoronó en apenas 28 horas.
¿Por qué impulsar esas aventuras quijotescas que no solo demandaban un autofinanciamiento millonario, sino también difíciles negociaciones con funcionarios y consultas con ingenieros y técnicos? “El arte es descubrimiento, innovación, una misión profunda para encontrar la expresión más nueva y contemporánea –dice Christo en el catálogo, citado por Giovanelli-. El arte es, más que cualquier otra cosa en la vida, belleza. El arte crea lo que nadie ha visto antes... Ser un descubridor requiere más que leer libros: uno tiene que sentir el pulso del tiempo.”
A eso se dedicaba cuando conoció en París a Jeanne-Claude. Su futura suegra se contó entre las mujeres que retrataba para ganarse la vida, como había hecho en Viena y Ginebra, además de lavar autos y platos. Mientras tanto, juntaba cajas, baúles, latas, barriles y otros objetos de uso diario descartados, para envolverlos con tela y piolines.
Algunos de ellos integran la muestra, como también una edición del New York Times del 13 de junio de 1985, cuando Christo y Jeann-Claude cumplieron 50 años. Otras tantas ediciones envueltas fueron enviadas a modo de celebración a los amigos de la pareja, incluido Helft. Quiso la casualidad que la tapa de ese día anunciara un “paquete” de medidas del gobierno de Ronald Reagan.
Para agendar:Christo y Jeanne-Claude en Buenos Aires, desde el 14 de mayo (desde las 12, con entrada gratis el día de la inauguración) hasta el 17 de julio en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929)
La Fundación Proa junto con Estate of Christo V. Javacheff y el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry presenta una muestra Christo & Jeanne -Claude, un matrimonio de artistas reconocidos internacionalmente por sus instalaciones ambientales, similares al Land Art. Se caracterizan, principalmente, por utilizar tela para envolver gigantescos edificios o cubrir extensas áreas públicas. La muestra cuenta con la curaduría de Lorenza Giovanelli.
La exposición retrospectiva Christo y Jeanne-Claude presenta un exhaustivo territorio de conceptos e imágenes fundamentales para apreciar el arte de la segunda mitad del s.XX. La apropiación del espacio público, empaquetando monumentos, transformando el espacio natural con sus intervenciones, nos acerca a una de las tendencias más relevantes de la práctica artística.
El conjunto conforma una nueva e inédita mirada sobre el paisaje y el arte más actual. Desde sus comienzos en 1958 con las primeras propuestas de intervención y evolucionando hacia proyectos a gran escala pública -cuya finalidad es el arte mismo, en palabras de los artistas- la retrospectiva reúne las obras tempranas, denominadas Early Works y llega hasta sus últimos proyectos. El conjunto de fotografías documentales y la presencia de los artistas durante la realización de sus intervenciones en una selección de documentales aporta a la muestra un extenso y profundo panorama.
La presencia de Christo y Jeanne-Claude en nuestro país, se conoce ya en los años del Di Tella cuando el crítico Pierre Restany, invitado a participar como jurado del premio de 1964 y asiduo visitante de Buenos Aires y Montevideo, expone acerca de las nuevas tendencias del arte de ese período entre las que se circunscribía el Nuevo Realismo del que formaban parte ambos artistas.
En abril de 1995, el antecedente principal de la presencia de los artistas en Argentina tuvo lugar en la Galería Federico Jorge Klemm de Buenos Aires, que Wrapped Magazines, 1962. Ph: Nicolas Borel Departamento de Prensa T [+54 11] 4104 1009/43 prensa@proa.org 3 realizó la primera exposición de Christo y Jeanne-Claude con 26 obras entre proyectos, dibujos, fotografías de registro y litografías intervenidas. Algunas de ellas pertenecientes a la Colección Klemm están incluidas.
El criterio de selección de la curadora Lorenza Giovanelli, responde a la voluntad de reflejar las distintas etapas de la vida artística de Christo y Jeanne-Claude a partir de una serie de documentos que resulten representativos de la magnitud de sus instalaciones, para los visitantes de Sudamérica.
Christo y Jeanne-Claude está organizada por Fundación Proa con la colaboración del Estate of Christo V. Javacheff y el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry de Punta del Este. Cuenta con el auspicio de Tenaris – Ternium
Del 14 de mayo al 17 de julio. Puede visitarse de martes a domingos de 12 a 19.
Entrada general, 150 pesos. Menores y jubilados, sin cargo.
Fundación Proa (Pedro de Mendoza 1929).