Prensa Publicada
La muestra de Proa combina una retrospectiva de fotografía de moda alemana del 45 al 95 con trabajos de Helmut Newton, Rainer Leitzgen entre otros con una exposición paralela de moda Argentina desde la primera Bienal de Arte Joven (1988) hasta la actualidad.
Si bien para establecer una relación cronológica se debería haber tomado el año 1945, o se podría haber tomado como referencia el movimiento del Di Tella, se parte de la primera Bienal por considerar a este hecho como un desencadenante del renacimiento de lo que hoy constituye la identidad del diseño Argentino, luego de la prolongada dictadura militar.
A fines de los ochenta se comienza a gestar un movimiento de arte-moda. Luego de años de represión, un grupo de artistas da cuenta del poderoso espacio de expresión de la vestimenta.
La Primera Bienal de Arte Joven fue el puntapié inicial.
Por primera vez el desfile sale del “té canasta” al espacio público, poniendo de manifiesto la libertad para crear personajes y transformar el estricto modelo social tras décadas de uniformes.
A este hecho se sucedieron toda una serie de eventos que pusieron de manifiesto la capacidad de la vestimenta para desentrañar y crear cultura. Para ello fue necesario abrir espacios, al principio marginales como el “Parakultural ”, Paladium, Cemento, Bolivia, el Garaje argentino, el Dorado, etc.(Algunos de los cuales ya venían funcionando, empujando el surgimiento de este movimiento) a los que luego se sumaron el I.C.I., La Fundación Banco Patricios, Recoleta, el Goethe, etc., otorgándole un marco institucional a este movimiento.
Este período coincide con la creación de la carrera de Diseño Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires y en el marco de las carreras de Diseño.
Este espíritu es el que nutre su nacimiento.
Han transcurrido quince años de este estallido al que se han ido sumando múltiples protagonistas que hoy configuran diferentes roles en esta identidad de moda nacional. Diseñadores, artistas, fotógrafos, productores de moda, teóricos, académicos, cineastas, observadores, técnicos,industriales y empresarios, cuyos aportes dan forma e identidad a la moda Argentina.
Marcas debutantes como A.Y. Not Dead se mezclan con las más masivas (Jazmín Chebar, Rapsodia, Mariano Toledo) y con las que logran hacer pie en ambos frentes y destacar a pura originalidad (Pri, Brandazza de Aduriz, Hermanos Estebecorena). A su modo, ellos son el puente generacional con otra exhibición simultánea pero en una galería de arte. Sí, en la Fundación Proa de La Boca, Moda! Fotografía + Diseño es una muestra de ropa y fotos de moda expuestas como obras de arte. Desde un sobretodo de De Loof y un vestido de los ex Trosman Churba (ya se separaron) exhibidos sin intenciones comerciales, hasta prendas de los Hermanos Estebecorena intocables detrás de vitrinas y también modelos famosas posando en fotos colgadas como si fueran cuadros. Ahí también fue Marina y, mientras mira los afiches de las grandes marcas que sponsorean La Rural, suelta: "Es que ésto también es arte. Muchos piensan en crear además de vender".
Mario Buraglio y Víctor Delgrosso, ambos arquitectos por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) acaban de participar en la muestra colectiva Moda! Fotografía + Diseño que se clausuró el pasado domingo en la porteña Fundación Proa, con dos obras fechadas en 1990 y 2000, respectivamente. La primera de ellas es Tapado Capullo, en guateado reversible y perteneció a la colección otoño-‑invierno 1990. Se trata de una pieza que exhibe un tejido plano en viscosa, con una geometría vegetal en el cuello en matice rosados y violáceos que contrasta con el gris del cuerpo de la prenda. La segunda es "Sin título", integrante de la colección primavera-‑verano 2000. Se trata de un vestido constructivo-‑minimalista, cortado al bies, en un monocromo color azul-‑turquesa, con rombos en tejido plano de poliéster.
Los primeros trabajos de la rúbrica Varanasi ‑-por otra parte, nombre de una remota ciudad de la India-‑ se remontan a la mítica Galería del Este, en Buenos Aires, durante la década del '70. Con posterioridad y ya iniciando los '80, Buraglio y Delgrosso deciden abrir una sucursal en el mercado porteño. Luego, hacia comienzos de los '90, realizan un desfile en Palladium, auspiciados por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA).
A lo largo de estas dos últimas décadas, los trabajos de Varanasi se han convertido en un referente obligado en el diseño de indumentaria de nuestro país. El tándem Buraglio-‑Delgrosso es conocido por haber trasladado la arquitectura al cuerpo, valorizando sus aspectos constructivos, para fundir en un solo continuum visual, objetual y táctil, el lenguaje de la superficie y la estructura de la prenda. De esta manera, lograron quebrar la conocida relación entre estructura-‑ornamento. Para el mes de agosto ambos diseñadores actuarán, como co-‑curadores, de la sección Diseño de Indumentaria, una selección de jóvenes diseñadores argentinos, que acompañará la exposición de fotografía alemana de moda (1945-‑1995) del Goethe Institut, a realizarse en las Galerías del Centro Cultural Parque de España.
La intención de Buraglio y Delgrosso es, ante todo, armar un proyecto curatorial que tenga que ver con la moda, pero que vaya más allá de ella, haciendo que el carácter de los objetos textiles ‑-los vestidos-‑ posean un valor agregado, una plusvalía estética destinada a re‑-situar el diseño de indumentaria en un canal de circulación mucho más amplio.
--Cómo fenómeno comunicacional y objeto de consumo, vinculado a las industrias culturales, ¿dónde se sitúa la moda hoy?, ¿cree usted en la ecuación moda = arte?
‑-Yo creo que la moda no es arte, pero sí que puede llegar a tocar o rozar las fronteras con el arte, pero sólo en determinados puntos, si bien a veces se eleva el nivel de lo utilitario. Yo creo que la moda es la arquitectura más íntima y, a la vez, el mensaje involuntario más inmediato que nos da la persona, porque como decía Oscar Wilde, "sólo los superficiales no se fían de las apariencias". La imagen de la persona habla por sí misma y habla mucho antes de que la persona hable. Uno lee datos en el plano perceptual, que el sujeto emite de manera consciente o inconsciente a través del sistema de la indumentaria, esto es, la vestimenta. La moda es un lenguaje utilitario y un canal gráfico-‑expresivo formidable. Y al estar íntimamente relacionada con lo efímero, ya que tiene la posibilidad de cambiar, intercambiar y transformarse, está mudando piel constantemente. Como fenómeno de mutación, cuentan todas sus variaciones, condicionadas por los cambios climáticos y los estímulos externos a los cuales se somete. Pienso, incluso, que todas las disciplinas que tienen que ver con el sistema de la moda son muy dinámicas y cambian vertiginosamente. En efecto, la artes gráficas y la fotografía tienen una evolución mucho más rápida por una cuestión de demanda. Son exigidas permanentemente por un sistema que corre contra el tiempo y la única salida que les queda es mutar y evolucionar. A veces se vuelve atrás, pero siempre hay una rotación muy fuerte y dinámica que las hace crecer. Porque a la larga la tendencia es hacia el crecimiento y el desarrollo. También allí podría ser cínico y decir como Wilde que "la moda es algo tan deplorable y horrible que nos vemos obligados a cambiarla cada 6 meses".
--¿Cuál será el perfil curatorial que adoptarán en la muestra prevista para el próximo mes de agosto en el CCPE?
‑-Para acompañar la muestra de fotografía alemana, decidimos reunir un conjunto de vestidos‑-objeto que tengan una carga importante de estética y diseño. El eje pasará por el diseño de indumentaria objetualizado, con una puesta muy simple y neutra. No es nuestra intención que el montaje de la exposición distraiga al espectador, sino que la lectura lineal puede hacer más clara la relación entre el mensaje fotográfico y el mensaje objetual presente en las piezas expuestas. Para ello es importante que ambos registros dialoguen entre sí. Esta será nuestra máxima aspiración. Y la firma Varanasi no estará presente, con obras, pero sí por medio de la óptica de la curaduría conjunta. En esta instancia, nos interesa más echar una mirada sobre el trabajo de los otros creadores. También me parece importante el hecho de acercar al público rosarino una selección de propuestas de diseñadores argentinos que no son del todo conocidos.
--¿Por qué insiste tanto en la noción de objeto textil para definir al vestido o a la indumentaria?
‑-Porque considero a la ropa como un objeto puro, pero a la vez dotado o, mejor dicho, investido, de un conjunto de mensajes estéticos, históricos, sociológicos y antropológicos sumamente complejos. Y me decanto por la idea de objetualizar el diseño de indumentaria, descontextualizándolo del lugar habitual por el que circula. Sacar a la moda del circuito cerrado por el que transita, significa quitarle una de sus tantas máscaras o velos, viendo claramente qué es lo que es, cómo está hecha, más allá de que vista al cuerpo. Por eso, me estimula indagar en otros aspectos de la moda, que cuando está llevada no se ven, y que la cambian, porque son agregados de la persona que la porta. Extrapolar a la moda de ese contexto cuasi cristalizado, significa hacer posible que se descubran nuevos mensajes a través de ella.
A partir de un panorama de bellísimas fotos de la moda en Alemania -entre 1945 y 1995-, la Fundación Proa se las ingenió para transformar a esta exhibición, de por sí de gran calidad, en un enorme respaldo al diseño local de indumentaria. La muestra "¡Moda! Fotografía + diseño" conjuga las imágenes alemanas con fotografías locales, videos y maniquíes, desplegando la imaginación y sensibilidad de los jóvenes creadores argentinos que vinculan arte y moda.
Así, las 120 fotografías de los legendarios Helmut Newton, Peter Lindbergh o el más nuevo Wolfagang Tillmans, entre otros fotógrafos, realizan un recorrido por las costumbres de varias generaciones. Prendas, peinados, maquillaje cuentan historias, encienden deseos y se vinculan con el arte del momento. Las sobresalientes fotografías -de impecable factura-reflejan escenarios ideales y contextos concretos, mujeres, hombres y ropa para soñar, una identidad cultural.
La movilizadora Primera Bienal de Arte Joven (1988) fue vehículo expresivo de muchos artistas y diseñadores, que coincidió con la creación de la carrera de Diseño de Indumentaria de la Universidad Nacional de Buenos Aires. La curadora Andrea Saltzman eligió, entre otros, videos y fotos de Mariano Galperín, Gustavo di Mario, Urko Suaya, una ambientación de Sergio de Loof, para ilustrar las expresiones de finales de la década de los Ochenta, los tempranos Noventa, y diseños de una docena de creadores como Jessica Trosman, Vero Ivaldi, los hermanos Estebecorena, Mariana Dappiano, Sergio Ramírez, representativos de los códigos e iconografía de estos días.
Organizada por Fundación Proa y el Instituto Goethe, la muestra multiplica las miradas sobre el fenómeno de la moda, que tantas aristas tiene. La moda, aquí a través de las fotos y de los diseños, con sus signos y lenguajes es capaz de narrar la historia de una cultura y captar el estado anímico y económico de la sociedad. La moda también suele proyectar tendencias y el espíritu de época.
Marina es una estudiante de diseño de indumentaria, típica, y está hurgando en un perchero de Uma en la 5ta. edición del Fashion Week en la Rural. Ella encuentra todo "encantador" y cree que tiene un futuro asegurado: según las cifras, este año la industria textil creció un 170,7% respecto del año pasado; en la pequeña escala, las ferias de diseño de Palermo son un boom que las multiplicó por mil hasta volverlas anónimas. Es mucho más que un rumor. Marcas internacionales (como la neoyorkina Barneys) vienen tentadas por la disparidad dólar a buscar modelos originales y confecciones baratas y el evento se convierte en tentador para los diseñadores independientes que sueñan con exportar o tener su propio local en el shopping (algunos ya lo tienen).
Marcas debutantes como A.Y. Not Dead se mezclan con las más masivas (Jazmín Chebar, Rapsodia, Mariano Toledo) y con las que logran hacer pie en ambos frentes y destacar a pura originalidad (Pri, Brandazza de Aduriz, Hermanos Estebecorena). A su modo, ellos son el puente generacional con otra exhibición simultánea pero en una galería de arte. Sí, en la Fundación Proa de La Boca, Moda! Fotografía + Diseño es una muestra de ropa y fotos de moda expuestas como obras de arte. Desde un sobretodo de De Loof y un vestido de los ex Trosman Churba (ya se separaron) exhibidos sin intenciones comerciales, hasta prendas de los Hermanos Estebecorena intocables detrás de vitrinas y también modelos famosas posando en fotos colgadas como si fueran cuadros. Ahí también fue Marina y, mientras mira los afiches de las grandes marcas que sponsorean La Rural, suelta: "Es que ésto también es arte. Muchos piensan en crear además de vender".
The show, a pleasure to watch, was made in close co-operation with the German Goethe Institute and consists of three different groups. Firstly, there are over 120 works by 39 German photographers documenting the changing face of fashion between 1945 and 1995. Argentina is represented through four photographers and a selection of clothes made by around a dozen fashion designers. Andrea Saltzman, director of the design faculty at the University of Buenos Aires, was responsible for this part of the exhibition. Looking at the costumes it becomes clear that there is a lot of talent around, variety being the name of the game. Different materials are used for dresses, pants, jackets, skirts, coats etc. of which some are, of course, more wearable than others, but there is definitely a sense of originality. Contemporary elements have been introduced as well, a dress made up of patches is titled ‘Cacerolazo’, a reference to the pot banging protests that were held frequently until about a year ago. Of the photographers, the retrospectives of Jorge Pastoriza and Mariano Galperin should definitely be mentioned. The first harks back to the androgynous types that dominated the twenties, whereas the latter shows a large collage with pictures of beautiful and not so beautiful people.
The German part on the other hand offers the possibility to see how fashion and the presentation of women changed over a period spanning fifty years. The black and white photographs of the forties, fifties and sixties evoke a world long gone by, more innocent it seems. The women are ladylike, as if on a higher plane, there is something sacred, almost sublime and virginal about them. When eroticism enters on the scene, in the late seventies and early eighties, their image is completely transformed. It might be true that in the early days of fashion women were considered mere clothes hangers, some sort of object because their identity did not matter. Now the supermodels have taken over but also they are objects, although charging the earth for it, and their sex appeal and names are used to sell not so much a product but a certain lifestyle.
On the ground floor, the pictures of Horst Wackerbarth presenting a fifty-five-year old model dressed to kill, four circus photographs by Thomas Rusch and a portrait of Cindy Crawford by Rico Puhlmann are among the most interesting. Five black and white pictures by Sybille Bergemann also deserve a closer look because they show a different approach to fashion and do not conform to preconceived standards.
Upstairs, six black and white photographs by Helmut Newton are quite a surprise. In two of them he, a victim of Nazism and forced to flee his native Berlin in 1938, flirts explicitly with German fashion ideals of the thirties, where blond women with braided hair and leather outfits stood for a healthy lifestyle. On the same floor, photographers like Charlotte Rohrbach, F.C. Gundlach, Willy Maywald, Hubs Flöter and Norbert Leonard represent the historical section.
The best picture in the show is undoubtedly a photograph of actress Isabella Rossellini getting a haircut. She is seen back from the back, her face is reflected in the mirror and hair is falling on her shoulder and vulnerable neck. It is a very human picture but photographer André Rau has managed to transform the in itself simple act of a haircut, although haven’t we all been traumatised by one, into something almost ephemeral.
Some additional events have been planned alongside the exhibition like a fashion show and round table discussions, but if interested it is advisable to contact the Proa Foundation for details, as these were not yet available at the time of press.
¿Qué tienen en común la fotografía alemana de moda de la segunda mitad del siglo XX y el trabajo de fotógrafos y diseñadores argentinos desde fines de los años 80 hasta ahora? No tanto, pero comparten la muestra Moda! Fotografía + Diseño, hasta el 20 de abril en Fundación Proa, organizada con el Goethe Institute.
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Moda en imágenes-Imágenes de moda es el nombre de la exposición de fotos alemanas, organizada por el IfA, Instituto para las Relaciones en el Extranjero, de Stuttgart. El material, de gira por ciudades latinoamericanas, incluye más de 100 trabajos con firmas como Helmut Newton, Peter Lindberg, Jürgen Teller y Rico Puhlman. Desde la clásica foto de Willy Maywald de 1947, con una modelo paquetísima mostrando el New Look de Dior, hasta las más actuales, como Susanne and Lutz (Londres, 1992), del fotoinstalador Wolfgang Tillmans.
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Los observadores atentos podrán distinguir la transformación de modelos, actitudes, códigos y puntos de vista a lo largo de los años. El glamour creado y fotografiado en días de la posguerra (poses impecables, autos, países lejanos...) y el contemporáneo, con lugar para los conflictos y la provocación. “Es que la fotografía de moda es un sismógrafo sensible para dar cuenta de constelaciones complejas que no se reconocen a simple vista”, escribe Klaus Honnef en el catálogo.
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Por casa
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En otra sala hay fotos de Urko Suaya, Mariano Galperín, Gustavo Dimario y Jorge Pastoriza. Y, en maniquíes y vitrinas, ropa de Vero Ivaldi, Laura Valenzuela, Varanasi, Nadine, H. Estebecorena, Mariana Dappiano, Trosman-Churba y SpinaCruz. También, trabajos y videos de desfiles de nombres que resonaron en los años 80, cuando no existía el diseño como carrera, pero sí buenas intenciones, producción experimental, las pasarelas como eventos-nocturnos eran una novedad y podía hablarse de moda-underground: Andrés Baño, Cristian Dios, Gabriela Bunader y Gabriel Grippo (hoy conocido en Nueva York, con su marca Trash-à-porter).
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Con curaduría de la docente Andrea Saltzman, la idea es mostrar la moda argentina desde una mirada artística, con el ancla a fines de los años 80. De martes a domingos, de 11 a 19, en Pedro de Mendoza 1929.
La muestra de Proa combina una retrospectiva de fotografía de moda alemana del 45 al 95 con trabajos de Helmut Newton, Rainer Leitzgen entre otros con una exposición paralela de moda Argentina desde la primera Bienal de Arte Joven (1988) hasta la actualidad.
Si bien para establecer una relación cronológica se debería haber tomado el año 1945, o se podría haber tomado como referencia el movimiento del Di Tella, se parte de la primera Bienal por considerar a este hecho como un desencadenante del renacimiento de lo que hoy constituye la identidad del diseño Argentino, luego de la prolongada dictadura militar.
A fines de los ochenta se comienza a gestar un movimiento de arte-moda. Luego de años de represión, un grupo de artistas da cuenta del poderoso espacio de expresión de la vestimenta.
La Primera Bienal de Arte Joven fue el puntapié inicial.
Por primera vez el desfile sale del “té canasta” al espacio público, poniendo de manifiesto la libertad para crear personajes y transformar el estricto modelo social tras décadas de uniformes.
A este hecho se sucedieron toda una serie de eventos que pusieron de manifiesto la capacidad de la vestimenta para desentrañar y crear cultura. Para ello fue necesario abrir espacios, al principio marginales como el “Parakultural ”, Paladium, Cemento, Bolivia, el Garaje argentino, el Dorado, etc.(Algunos de los cuales ya venían funcionando, empujando el surgimiento de este movimiento) a los que luego se sumaron el I.C.I., La Fundación Banco Patricios, Recoleta, el Goethe, etc., otorgándole un marco institucional a este movimiento.
Este período coincide con la creación de la carrera de Diseño Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires y en el marco de las carreras de Diseño.
Este espíritu es el que nutre su nacimiento.
Han transcurrido quince años de este estallido al que se han ido sumando múltiples protagonistas que hoy configuran diferentes roles en esta identidad de moda nacional. Diseñadores, artistas, fotógrafos, productores de moda, teóricos, académicos, cineastas, observadores, técnicos,industriales y empresarios, cuyos aportes dan forma e identidad a la moda Argentina.