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Peter Kogler Sin título (proyecto para Fundación Proa), 2021 Impresión digital en vinilo sobre pared Dimensiones variables Cortesía del artista
La tensión, el equilibrio, el ritmo del pulso son algunas premisas presentes en esta sala. Los artistas seleccionados recuperan objetos industriales, más específicamente del ámbito constructivo, y elaboran diversos universos de sentido.
La obra Roue, 2005/2021 (Rueda) del artista francés Vincent Ganivet es una sólida construcción autoportante, que rescata una antigua tradición en la construcción de arcos suspendidos. Con la utilización de cuñas, la rueda encuentra su propio equilibrio sin utilizar ningún otro tipo de material generando en el espectador admiración, en el equilibrio y tensión. El artista comenta: “...Utilizo el bloque de cemento como si fuese un lego, un juego de construcción que se mantiene unido por arte de magia. Construyo formas redondas e inestables. Estoy haciendo algo delicado, con una materia prima muy pobre. (...) No creo que invente mucho: uso técnicas muy antiguas para probarlas, aprenderlas (…)Utilizo materiales comunes pero lo hago desde otro ángulo.”
La citación y recuperación histórica es también un homenaje a lo que significó y significa el invento de la rueda en la construcción de la civilización, en las migraciones y en el movimiento cultural.
En diálogo aparecen las mesas enfrentadas, fragmentadas y cada una sostiene un barril con un simple alambre. Roman Signer, uno de los más destacados artistas conceptuales suizos reúne en sus obras objetos de la vida cotidiana, potencializando sus posibles usos y limitaciones. Esta obra llena de humor yuxtapone el orden y el caos, lo estable y lo inestable, proponiendo al espectador atravesar un espacio en tensión. Signer es un exponente de la práctica artística contemporánea tomando objetos de la vida cotidiana y creando espacios desafiantes también sobre la idea de obra de arte.
El video de Monica Bonvicini, introduce el sonido en la sala, a través del latido y del martillazo sobre una pared blanca. El curador comenta: “...Así como la rueda fue el comienzo de la construcción del mundo como lo conocemos, el pulso es el cimiento sobre el que se construye la música. Esa repetición constante del martilleo contra la pared aparece como un pulso insistiendo en transformar el tiempo y el espacio.” Bonvicini artista feminista y comprometida políticamente, porpone derribar el muro, el límite, la frontera. Quien martillea es una mujer con su mano, la misma que busca quebrantar los límites impuestos para encontrar su lugar y su voz.
Los curadores consideran: “...Existe cierta tensión en esta sala, tanto en la construcción como en la aparente inestabilidad que tienen la rueda de Ganivet y los bidones a punto de caer de Signer. El precario equilibrio de las instalaciones dialoga con el video de Bonvicini, que muestra un intento de demolición. En resumen, hay tensión tanto en la construcción como en la destrucción representada en las tres obras, generando espacios tan vacíos como desconcertantes.”
Las tres piezas conforman un universo histórico y político. La obra de Ganivet es un homenaje a la arquitectura, recuperando la antigua y artesanal construcción. Por otro lado, el video de Bonvicini intenta voltear los muros, recuerda quizá la destrucción del muro de Berlín, o los muros que actualmente impiden las migraciones. Y Signer, por su parte, suma con su obra un inestable equilibrio en el que se encuentra el mundo actual.
En esta sala el cuerpo es uno de los hilos que une las obras reunidas, desde distintas miradas, recursos, soportes y épocas artísticas. En algunas el cuerpo del propio artista es el protagonista, en otras aparece un cuerpo fragmentado, o simplemente su ausencia y evocación.
En diálogo con los conceptos de construcción y destrucción, la obra de Gordon Matta-Clark, desarrolla una mirada singular al examinar críticamente las estructuras del entorno construido. En su registro el cuerpo efectivamente cobra fuerza y presencia, a partir de la destrucción de un edificio en el que el artista se autorretrata y lo documenta.
En el video de Sebastián Díaz Morales, aparece el cuerpo en movimiento, se escuchan solo los pasos del personaje en la ciudad y no el estruendo de los autos, de las motos, del paisaje urbano que aparece en las imágenes y del que podríamos vislumbrar el nivel de la polución auditiva. Incluso los micrófonos dobles de pie que se balancean, de Shilpa Gupta, acercan el cuerpo a partir de la voz humana, pero acá se revierte la funcionalidad de los micrófonos, dispuestos como parlantes. Se escucha el relato de dos discursos: el de la independencia de la India y de Pakistán, respectivamente, que suenan al unísono: cada uno de los micrófonos reproduce estas voces y recupera las tragedias sucedidas después del momento de la declaración de la independencia. Esa voz humana es trágica y anticipa las batallas que vinieron meses después.
En Clemente Cogitore, según los curadores: “... se asoma la danza (...) con la obra de Cogitore (Las indias galantes) entramos casi en una analogía directa con La Suite como movimiento musical. La voz humana también se revela como parte del cuerpo: el cuerpo danzante, el cuerpo sufriente, el cuerpo ausente..”
En sintonía con el uso de las citas y vínculo con la historia del arte, aparece una mirada distinta sobre el cuerpo, en la selección de las fotografías de Joel Peter-Witkin. Expulsado de los cánones estéticos de nuestra sociedad: la muerte, los cadáveres, la podredumbre, así como también personas mutiladas o las deformaciones físicas, desde su mirada elige “trabajar con personas únicas”.
El cuerpo en la videoperformance aparece en la década del 70 y a través de tres extraordinarias representantes: Joan Jonas, Geta Brătescu y Lotty Rosenfeld. En el video Wind (viento), la playa nevada de Long Island es el escenario escogido por Joan Jonas para grabar una serie de figuras que realizan movimientos luchando contra el viento, construyendo una danza, en el conflicto del hombre con la naturaleza. En contraposición, el video de la artista rumana Geta Brătescu, es en un espacio interior, su estudio y solo las propias manos de la artista son las protagonistas. Estas manos van seleccionando distintos objetos, se auto-dibujan y realizan movimientos sobre una mesa, estas acciones generan un diálogo entre la dinámica constante de lo que se muestra y lo que el espectador no ve: el rostro del artista. En la artista chilena Lotty Rosenfeld aparece el cuerpo como denuncia política. La acción realizada durante la dictadura de Pinochet, consiste en transformar en cruces –pegando una cinta de forma transversal sobre el pavimento– sobre las líneas blancas de las rutas, y convertir a estas señales en cruces como testimonio y denuncia sobre los muertos y desaparecidos.
El juego entre el cuerpo presente y ausente dialoga con la obra de Séverine Hubard, donde las gradas vacías reflejan mucho de lo que sucede en el mundo actual, estos cajones dispuestos como gradas, cuya finalidad generalmente es recibir gente, su propósito está vaciado, en este caso es una Tribuna libre. La artista da cuenta en la instalación del tiempo presente, espacios para ser habitados a los que no se puede acceder.
En el centro de la sala la obra de Michel Blazy está pensada según los curadores como una plaza en cuyo centro se ubica esa suerte de fuente, rodeada por las gradas de cajones. Es el cuerpo de la propia obra, que en el tiempo que transcurre diariamente adquiere diversas formas, y presenta los diversos procesos de cambio, en este caso del material, pero como metáfora de la vida misma.
Séverine Hubard (Francia, 1977) Tribune Libre, 2021 (Tribuna libre) Cortesía de la artista y Galería Lily Robert
Gordon Matta-Clark (Estados Unidos, 1943-1978) Days End, 1975 (El final del día) Colección FRAC Bretagne
Sebastián Díaz Morales (Argentina, 1975) Pasajes III, 2013 Producido en colaboración con Ruang Rupa, 15th Jakarta Biennale Cortesía del artista y la galería carlier | gebauer, Berlín
Shilpa Gupta (India, 1976) In Our Times, 2008/2021 (En nuestros tiempos) FRAC Franche-Comté
Shilpa Gupta es una artista nacida en Mumbai, India. Desde sus inicios recupera en su trabajo artístico los aspectos conflictivos de su contexto social que incluyen principalmente cuestiones de género, clase y diferencias religiosas, planteando una crítica a las estructuras represivas del estado.
La instalación In Our Times (En nuestros tiempos) cuenta con dos micrófonos que, ubicados en los extremos de de un sostén, se balancean y reproducen una melodía que recita de manera errática los discursos presidenciales impartidos en 1947 durante la Declaración de la Independencia de la India y la Declaración de la Independencia de Pakistán sobre la India (proclamados por J. Nehru y Ali Jinnah).
El conflicto causó innumerables muertes durante este periodo. En este sentido, la obra pone en diálogo ambas posturas en una nueva melodía donde los discursos se entrecruzan y tejen. En palabras de los curadores “suenan al unísono: cada uno de los micrófonos reproduce estas voces y recupera las tragedias sucedidas después del momento de la declaración de la Independencia. Esa voz humana es trágica y anticipa las batallas que vinieron meses después”.
La presencia de Gupta en esta sala nos hace pensar en el cuerpo ausente. Es la voz que queda suspendida sin cuerpo, afianzando el discurso, el lenguaje, el habla y el escuchar. También una forma de estar presente.
Geta Bratescu (1926 - 2018, Rumania) Les Mains. Pentru ochi, mâna trupului meu îmi reconstituie portretul (The Hands. For the eye, the hand of my body reconstitutes my portrait), 1977 (Las manos. Para el ojo, la mano de mi cuerpo reconstituye mi retrato) Cortesía Legado of Geta Brătescu, Galería Ivan y Hauser & Wirth
Joan Jonas (Estados Unidos, 1936) Wind, 1968 (Viento) Electronic Arts Intermix (EAI)
Lotty Rosenfeld (Chile, 1943 - 2020) Una milla de cruces sobre el pavimento, 1979 Cortesía Malba | Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Clément Cogitore (Francia, 1983) Les Indes Galantes, 2017 (Las Indias galantes) FRAC Auvergne
Joel-Peter Witkin (Estados Unidos, 1939) Cortesía galería Baudoin Lebon
Joel-Peter Witkin es un fotógrafo norteamericano que ha dedicado su trabajo a evidenciar aquello que es expulsado de los cánones estéticos de nuestra sociedad: la muerte, los cadáveres, así como también personas mutiladas o con deformaciones físicas. Su justificación es simple: “Me gusta trabajar con personas únicas”. En ellas retoma con gran intensidad temas que tienen que ver con el sexo, el dolor y la muerte, utilizando referencias a la Historia del Arte.
Participa en la exhibición con una selección de doce fotografías que reflejan el espíritu provocador y extraño que lo caracteriza. Desde la mirada curatorial: “En su trabajo realiza muchas interpretaciones tanto de pinturas clásicas como modernas. Reprodujo a Velázquez, Picasso, Dalí, a través de escenografías montadas en el espacio real. No utiliza Photoshop ni ningún otro recurso digital (...) pone a menudo el énfasis en la representación del cuerpo muerto, el cuerpo mutilado, transformado. A través de esas series, se puede ver con mayor profundidad su inmensa obra, propia de un fotógrafo bastante particular: “quiero que mis fotografías sean tan poderosas como la última imagen que una persona ve o recuerda antes de la muerte”, dice el artista respecto a sus imágenes.
Su obra recorre temas de la mitología, motivos clásicos de la pintura o géneros con siglos de tradición como la vanitas, vertiente del bodegón dedicada a advertir sobre la fugacidad de la vida y la insignificancia de los esfuerzos humanos. Casi todas las vanitas de la historia del arte incluyen una calavera que simboliza a la muerte en estado de acecho.
SALA 3
Desde la mirada curatorial se concibió este espacio como un momento de quietud, de calma en la exhibición. El predominio del blanco se asocia al silencio, se interpela a los sentidos, al aire, las vibraciones y el agua. Está estructurada como una analogía entre el sonido y lo visual, entre los tonos de los colores y los de la música.
Gabriel Orozco con su obra Ventilador, la permanencia del movimiento y el ritmo se oponen a la vulnerabilidad del material elegido y por agitación del aire se hace simplemente visible, desde una mirada experimental y lúdica, con este simple gesto activa la percepción visual, como un movimiento espiralado sin fin, asemejando una danza hipnótica.
También la música está presente en la obra de Cartsten Nicolai que trabaja intensamente en el área de transición entre la música, el arte y la ciencia.
Su instalación Wellenwanne (canal de olas), está concebida como modelo o sistema de prueba. La bandeja plana está llena de agua, apoyada en cuatro altavoces, que transmiten las composiciones sonoras a través de vibraciones sobre la superficie del agua, generando imágenes que se ven en los registros fotográficos.
En oposición a lo inmaterial, Vincent Lamouroux, habita el lugar con cubos blancos que se desprenden del contexto, un territorio ficticio que invita a explorar y experimentar. La tridimensionalidad de estas figuras geométricas, dialogan con los espacios reales, pero bidimensionales de las pinturas de Victor Florido. Despliega en estos interiores la acumulación de objetos de su archivo documental que tienen que ver con la memoria y el espacio arquitectónico como contenedor de la experiencia y recuerdos.
En relación con los lugares familiares y reconocibles, el video Dimanche (domingo) de Dennis Savary, muestra la cotidianeidad de un lago helado invadido por turistas.
También en Blink, (Destello) de Jennifer Douzenel, está presente el agua como elemento de paso hacia lo natural, resulta algo hipnótico, es como si fuera un cuadro, una sola imagen. Es un fragmento de naturaleza que fascina, invita a que se amplifique esta ilusión, en su imagen tiene algo poético y surrealista. Ambos videos trabajan con la cámara fija: Douzenel muestra la naturaleza y Savary presenta un marco donde sucede el paso de los hombres, que entran y salen de la cámara.
Gabriel Orozco (México, 1962) Ventilator, 1997/2021 (Ventilador) FRAC Occitanie Montpellier
Carsten Nicolai (Alemania 1965) Wellenwanne, 2001-03 (Canal de olas) FRAC Champagne-Ardenne
Víctor Florido (Argentina, 1976) Habitación nº2, 2013 Pasillo, 2017-2018 Mesa de trabajo, 2018
La pintura está presente en la Colección FRAC con la presencia de tres obras del artista argentino Victor Florido. Estas pinturas forman parte de la Serie interiores, que el artista viene realizando hace varios años. Su iconografía proviene de un archivo fotográfico familiar del cual selecciona minuciosamente imágenes para luego combinarlas con fragmentos de libros y revistas de tiendas de segunda mano. Le interesa crear un registro que sea documental y ficcional al mismo tiempo. El tema de estas pinturas es la representación y la memoria personal, individual como suma o acumulación de contenidos que se despliegan en un espacio arquitectónico. Los temas de este trabajo tienen que ver con la memoria, la acumulación y la reconstrucción. En palabras del artista: “Me interesa representar la interioridad, utilizo generalmente el espacio del interior arquitectónico como metáfora y como representación de la memoria en tanto acumulación de capas de sentido. Las imágenes utilizadas para componer la obra son una combinación de fotos de acervo personal con imágenes de libros y revistas de tienda de segunda mano”.
La selección de óleos en esta sala dialoga con los planos constructivos de Vincent Lamouroux creando una asociación entre la bidimensión y la tridimensión generando espacios interiores.
Vincent Lamouroux (Francia, 1974) AR.07, 2008/2021 IAC Villeurbanne / Rhône-Alpes
La trayectoria de Vincent Lamouroux concentra su interés en la arquitectura y en la instalación. Su enfoque artístico modifica el espacio reinventando las prácticas arquitectónicas y escultóricas, involucrando al espectador en una experiencia presencial.
AR.07, 2008, está vinculada con una serie de obras que produjo anteriormente titulada Cubes (Cubos), en las que trabaja con estructuras geométricas básicas.
Esta instalación se compone de una pila de cubos blancos de diferentes dimensiones que se van entrelazando entre sí, en las que cada pieza se inserta dentro de la otra. Estas estructuras emergen o se funden en el contexto creando espacios que asemejan paisajes, cuadros tridimensionales, escenas de cine donde la vivencia es una transición hacia nuevas realidades físicas y sensoriales.
Desde la mirada curatorial: “La tridimensionalidad de las figuras geométricas de Lamouroux invita a que ese sea el gesto de toda la sala. Al introducirnos dentro del blanco del ruido y de la luz, nos sentimos ingresando en otra dimensión. Es un cambio de estado, el estado del blanco. A partir de ese silencio, que en verdad es una suerte de rumor parejo casi imperceptible, pueden comenzarse a visualizar contornos y figuras que aparecen.”
Esta cristalización de geometrías transforma la obra de Vincent Lamouroux en un territorio ficticio para explorar.
Jennifer Douzenel Blink, 2017 (Destello) Colección FRAC Champagne-Ardenne
Jennifer Douzenel es una artista contemporánea francesa que desde sus inicios ha mantenido una estrecha conexión con la historia de la pintura. Blink (Destello) es una ventana abierta al mundo, tal como un pintor se vincula con la superficie del caballete, la artista elige cuidadosamente el encuadre, el punto de vista, grabando el video en una sola toma y sin interrupciones.
En relación a la obra, filmada en Australia, comenta la artista: “Suelo grabar momentos de la realidad reducidos en el marco de un solo plano fijo. La imagen detenida ya contiene casi todo. Soy una "cazadora de milagros". Rastreo efímeros momentos de gracia donde la realidad se transfigura. Silenciosos, mis vídeos llaman a la contemplación de lo inútil. Son casi nada, una atención, una espera de vida que aspira a dilucidar la complejidad del mundo”.
Desde la mirada curatorial: “Está presente el agua como elemento de paso hacia lo natural, es algo hipnótico, es como si fuera un cuadro, una sola imagen. Es un fragmento de naturaleza que fascina, invita a que se amplifique esta ilusión, tiene algo poético y surrealista.”
Arno Rafael Minkkinen Beach Pond, Connecticut, 1974/2021 FRAC Champagne-Ardenne
SALA 4
La búsqueda de una respuesta a las problemáticas ambientales está presente en esta sala a la que los curadores denominaron “paisaje reinterpretado”.
En la pintura mural de Pauline Fondevila esta presente el Riachuelo, en color negro, simbolo de su polución. Pequeños barcos de juguete tienen escrito en sus velas frases tomadas de canciones populares que ella interpreta junto a su grupo de música En estas frases, a la manera de poesías, la música se vuelve presente pero no ya por el sonido sino por su palabra, por lo que enuncia. Una construcción que apela a lo surreal con la presencia de veleros que vuelan y peces que cantan. La artista comenta: “Donde la oscuridad está habitada por fantasmas de pinturas de puerto y reminiscencias abstractas, donde las identidades son múltiples, los corazones rotos, pero las lunas muchas y de colores”.
Pauline, es una artista francesa radicada en nuestro país, su trabajo comprende diversas disciplinas: performance, muralismo y música. A la manera de una construcción surreal, los veleros vuelan, los peces cantan. La artista comenta: “donde la oscuridad está habitada por fantasmas de pinturas de puerto y reminiscencias abstractas, donde las identidades son múltiples, los corazones rotos, pero las lunas muchas y de colores”.
Frente a ella se despliega un inesperado escenario, un bosque que, construido con mangueras a escala natural, sorprende por representar árboles mutilados. El conjunto de tocones encarnan los restos de un bosque deforestado. El artista, Laurent Perbos, elige la manguera para construir estas piezas convirtiendo a este material en una paradoja conceptual: el mismo elemento que transporta el agua, alimento esencial para la perpetuación y reproducción de la naturaleza, se encuentra vacío. El artista nos señala un mundo devastado sin agua y sin árboles. El agua se vuelve recurrente en la exhibición, esta vez por su ausencia.
Las piletas sonoras de Céleste Boursier-Mougenot crean un espacio de reflexión, contemplación e introspección. Las vasijas de porcelana, dispuestas dentro de las piscinas, chocan entre sí aleatoriamente gracias al movimiento interno del agua y producen un paisaje sonoro de percusión inesperada. Los sonidos resonantes de campana son el resultado de la acción de los elementos de la obra. Boursier-Mougenot encontró en el arte de la instalación un vehículo para lograr un espacio atmosférico, con múltiples miradores para los visitantes y sin principio ni fin de la composición, a diferencia del concierto tradicional. Las dos piletas albergan vasijas de diversas formas y tamaños, para generar una musicalidad diversa.
Para concluir el recorrido, encontramos en esta sala un conjunto de diez fotografías monocromas del artista Patxi Bergé formando un monumento y enriquecen con un nuevo punto de vista nuestra mirada sobre nuestro hábitat. Los colores de los diversos cielos despejados de distintos puntos geográficos conforman una pieza escultórica en la que presenta a través de estos colores las múltiples y variadas gamas del color azul cielo.
Obras
Pauline Fondevila (Francia, 1972)
13 lunas en el Riachuelo, 2021
Cortesía de la artista
Céleste Boursier-Mougenot (Francia, 1961)
Sin título. Series IV-1,2,3, 2000/2021
FRAC Lorraine
Patxi Bergé (Francia, 1988)
Bleus du ciel (Berlin, Buenos Aires, Dhërmi, lstanbul, Kos, New York, Saint Jean de Luz, San Pedro de Atacama, Ulcinj, Uyuni), 2017-2020
[Azules del cielo (Berlín, Buenos Aires, Dhërmi, Estambul, Kos, Nueva York, San Juan de Luz, San Pedro de Atacama, Ulcinj, Uyuni)]
Cortesía del artista
Laurent Perbos (Francia, 1971)
Souches, 2009/2021 (Tocones)
FRAC Provence-Alpes-Côte d'Azur
Pauline Fondevila (Francia, 1972) 13 lunas en el Riachuelo, 2021 Cortesía de la artista
Pauline Fondevila es una artista francesa que vive y trabaja en Rosario desde el año 2007. Todos sus proyectos involucran el dibujo de una forma u otra.
Los dibujos de Pauline se basan en un sistema de libres asociaciones y de encuentros. En algunos casos más o menos azarosos, entre elementos sacados de registros diferentes, de imaginarios diversos, de choques entre recuerdos, raramente fieles, algunas veces inventados, siempre re-versionados. En su obra resuenan ecos de las obras de los demás que trata de orquestar y dar a ver en una misma composición dibujada.
Los lugares donde despliega sus murales son casi siempre el disparador de una ficción que va desarrollando según una lógica emotiva propia. Compone este mural a partir de la idea de paisaje nocturno, tomando en cuenta su contexto geográfico, sin ninguna pretensión de describir una realidad pero sí quizás la de captar algo del imaginario que rodea este lugar. 13 lunas en el Riachuelo es un momento surrealista imaginado como una sonata melancólica pero con ritmo sostenido. Vuelan los veleros y galopan las anclas, la oscuridad está habitada por una infinidad de fantasmas, por restos de naufragios y de historias de amor. El río contiene la promesa de un viaje cósmico, breve y largo, como un cigarrillo fumado a solas, o acompañado, contemplando los colores de todas las lunas que pintó para el público que visita.
Céleste Boursier-Mougenot (Francia, 1961) Sin título. Series IV-1,2,3, 2000/2021 FRAC Lorraine
Céleste Boursier-Mougenot es un compositor y artista visual francés que cuenta con una amplia formación musical. En su proceso creativo, podemos decir que se inspira y continúa la tradición estilística desarrollada por John Cage.
En sus obras se refleja el interés del artista por las creaciones musicales aleatorias, recurso que le permite conseguir nuevas variables a la hora de concebir las melodías.
Las piscinas contienen vajilla de porcelana de diferentes tamaños donde el agua es agitada por bombas que provocan el movimiento de estos elementos que chocan entre sí provocando variaciones de sonido. La interacción de estos cuencos producen un paisaje sonoro de percusión y de musicalidad inesperada. Boursier-Mougenot incorpora la piscina, una construcción de exteriores, al interior de un espacio artístico para crear lo que él describe como "una especie de sueño".
En palabras del artista “Los cuencos se mueven mediante una fuerza invisible y la presencia de agua es fascinante. Hay una conexión totalmente natural entre los objetos. Me siento atraído espontáneamente por este tipo de estado entre la incertidumbre y la acción de flotar”.
Encontró en el arte de la instalación un vehículo para lograr un espacio atmosférico, con múltiples miradores para los visitantes. A diferencia de una composición tradicional,no hallamos ni un principio ni un fin.. De esta manera, utiliza como estrategia compositiva la indeterminación y el uso de instrumentos poco ortodoxos. Ha experimentado y refinado los componentes de esta serie de instalaciones a lo largo del tiempo: la forma y el tamaño de las piscinas, la temperatura, la velocidad de la agua, el tipo, e incluso el tamaño y la cantidad de vasijas flotantes que se desprenden de una corriente diametral dirigida al centro.
Patxi Bergé (Francia, 1988) Bleus du ciel (Berlin, Buenos Aires, Dhërmi, lstanbul, Kos, New York, Saint Jean de Luz, San Pedro de Atacama, Ulcinj, Uyuni), 2017-2020 [Azules del cielo (Berlín, Buenos Aires, Dhërmi, Estambul, Kos, Nueva York, San Juan de Luz, San Pedro de Atacama, Ulcinj, Uyuni)] Cortesía del artista
Patxi Bergé es un artista contemporáneo francés que en su práctica artística recurre a fotografías, objetos, pinturas y otros medios que le permitan expresar su mirada sobre las cosas. Juega con distintas representaciones planteando dudas e interrogantes sobre los temas que intenta redefinir.
Bleus du ciel (Azules del cielo) es una serie fotográfica iniciada en 2015, que surge de fotografiar distintos cielos totalmente despejados en las múltiples ciudades que el artista tuvo oportunidad de visitar. Esta serie, que acumula hasta el momento unas 60 fotografías monocromas, adquiere una nueva dimensión en la era del confinamiento global. ¿Qué es una frontera? ¿Qué es una ciudad, un país? ¿Qué significa viajar? ¿Ir a alguna parte? ¿Estar en algún lugar? Estas preguntas, cuya resonancia es muy fuerte en estos días, se materializan en una intención que es, por el contrario, muy ligera: simplemente mirar al cielo, la nariz en alto, lo que podría verse como uno de los actos de libertad más pequeños. El hecho de permitirse contemplar un solo color, un azul libre de cualquier restricción, de cualquier circunstancia; pero que, por su extrema ligereza, nos devuelve inmediatamente al suelo. ¿Qué compartimos? Ciertamente, el azul del cielo. ¿Qué es diferente? Inevitablemente, el azul del cielo.
Estas imágenes monocromas producidas como fotografías e impresas en papel fotográfico, encuentran una resolución más parecida a la de una escultura. El papel, recién salido de la imprenta, apenas se desenrolla, por lo que conserva cierta sujeción. La espacialidad que adquiere este conjunto de imágenes retoma en cierto modo la ambigüedad que existe al momento de mirar el cielo: una imagen y al mismo tiempo un espacio inconmensurable.
Laurent Perbos (Francia, 1971) Souches, 2009/2021 (Tocones) FRAC Provence-Alpes-Côte d'Azur
Christian Marclay (Estados Unidos, 1955) Telephones, 1995 (Teléfonos) FRAC-Artothèque Nouvelle-Aquitaine
Christian Marclay es un artista visual y compositor que explora los patrones del lenguaje: conecta el sonido, la fotografía, el video y el cine utilizando discos de vinilo para sus performances y así produce loops continuos.
En Telephones (Teléfonos), el arte sonoro se convierte en la matriz del proceso creativo discutiendo las relaciones convencionales existentes entre imagen y sonido. Basada en el ready-made —en tanto que el material de partida es metraje fílmico preexistente— y el remix como medio narrativo, se está creando un producto creativo nuevo a partir de la combinación y manipulación de otros existentes. Aún así, el interés de esta pieza no reside tanto en estos dos aspectos, sino en destacar otras características que la hacen trascender la categoría de videoarte convencional para convertirse en algo que pasaremos a denominar pieza sonora con imágenes.
Una secuencia de films que capturan escenas de personajes reconocidos tomando el teléfono, conversando y despidiéndose. Son editadas de manera dinámica resaltando diferentes variedades de teléfonos, todos diseñados antes de la era de los teléfonos inteligentes en la que vivimos hoy. Es importante destacar que en el momento de su lanzamiento, la tecnología estaba llegando a su punto máximo, por lo que los teléfonos se convirtieron en una pieza revolucionaria que a menudo se celebra hoy por su papel pionero en la historia del videoarte.
Maurizio Cattelan - Philippe Parreno La Dolce Utopia, 1996 (La dulce utopía) Cortesía de los artistas
Elina Brotherus (Finlandia, 1972) The Black Bay Sequence, 2010 (La secuencia de la bahía negra) FRAC Provence-Alpes-Côte d'Azur
Elina Brotherus es una artista finlandesa que combina la fotografía y el videoarte basándose principalmente en los géneros del autorretrato y el paisaje. Utiliza sus experiencias personales como inspiración para sus obras, que tienen además, un fuerte carácter performativo. Como se ve en este film, The Black Bay Sequence (La secuencia de la bahía negra), realiza un estudio con la cámara ubicada en una posición ventajosa, desde el encuadre del agua y del cielo, con el horizonte como telón de fondo constante. La artista camina desnuda en las aguas heladas de un lago ártico. Sus movimientos son tranquilos y decididos mientras se adentra en el vasto paisaje de cielo y agua, dividido por la delgada línea oscura del horizonte.
Al igual que sucede con su obra fotográfica, para el espectador resulta más como mirar una pintura que una película: una visión cuidadosamente construida de un paisaje sublime, en lugar de una grabación. La acción es simple, en este corto viaje una y otra vez, aunque sí sus movimientos son repetitivos, hay diferencias sutiles de un plano a otro. Debido al encuadre consistente de la imagen, notamos cómo el clima impacta en la escena. A veces el agua es tranquila, la superficie plana y reflectante como un espejo, mientras que en otros puntos es turbulenta y se vuelve desagradable y salvaje.
Aunque filmada durante muchos días y en diversas condiciones climáticas, la posición de la cámara es fija y mientras Brotherus camina o nada en la misma línea una y otra vez. Sus repetidas inmersiones en el lago parecen mantener el tiempo en un bucle que no se puede detener.
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