“En la pampa las impresiones son rápidas, espasmódicas,
para
luego borrarse en la amplitud del ambiente, sin dejar huella.”
Ricardo Güiraldes. Don Segundo Sombra.
Sala 1
Las mujeres, fuerza de trabajo y capital político
A partir de la mujer, sus adornos y el diseño de sus joyas, se inicia la exhibición Las Pampas. Las mujeres de los destacados caciques que poblaban el territorio en el siglo XIX ocupan un lugar de importancia. A través de su ornamentación, sus delicadas y sutiles joyas realizadas en plata, conforman símbolos que dieron cuenta del poder económico y el capital político del cacique.
Las piezas de variado y singular diseño eran creadas por un artesanado altamente profesionalizado, inserto en una economía activa. El platero realizaba joyas imponentes que generaban sonidos a partir del movimiento de la mujer, creando una música que era, simultáneamente, alianza y seducción.
La mujer adornaba con numerosas joyas diferentes zonas de su cuerpo, cabeza, cuello y pecho. Este conjunto presentaba una imagen de lujo y poder, y la zona del cuerpo elegida se destacaba sobre todo arriba del caballo que, en movimiento, producía un sensual sonido. Si bien son principalmente de plata, algunos trabajos se realizaban con monedas, cuentas de vidrio de diferentes colores y dedales de origen industrial horadados, entre otros materiales.
Como señala Carlos Aldunate: “Aunque la posesión de objetos de plata aparece como uno de los elementos comunes a todo ajuar femenino durante el siglo XIX, no hay duda que aquellos se encontraban concentrados en poder de los principales lonko o caciques […]. Los viajeros […] describen las interminables procesiones de mujeres que van detrás del cacique, en ceremonias y actos públicos, cuyos pectorales, prendedores, collares, adornos cefálicos, cintas para las trenzas y campanillas, todas de plata, producen un espectáculo y sonido tal, que hacen decir a un alemán: ‘Eran aquello un chinesco de una banda de música de un regimiento’ (Treutler 1861).
“[…] Hay viajeros que insinúan el uso de ciertas prendas por una mujer, tales como ‘anillos de plata anchos de cuatro a seis dedos… en los brazos y piernas abajo de la pantorilla’, como indicadores de virginidad (Treuler 1861).” Las joyas acompañaban a la difunta mujer en su tumba: “Eugenio Robles (1942), relata el funeral de una mujer […] donde ‘una de las parientes avanzó ambas manos sobre la fosa, sosteniendo gran cantidad de joyas de la difunta[...]’”.
Las mujeres, por las que se pagaban bienes cuantiosos, constituían –al igual que las cautivas y los niños– la principal fuerza de trabajo: la labor doméstica, la atención de la familia, el cuidado de los rebaños, el suministro de agua y leña, la recolección, el tejido y el hilado eran sus obligaciones. La mujer curtía cueros, confeccionaba enseres y herramientas en madera y debe acarrear las pertenencias. El cacique tenía muchas mujeres; todas ellas vivían juntas y cuidaban de la casa mientras él recorría las pampas con su caballo.
La costumbre de las mujeres de ornamentarse con sus joyas de plata continúa en la actualidad, sobre todo para las ceremonias.
Bibliografía:
- Carlos Aldunate del Solar, Reflexiones acerca de la platería mapuche, Museo Chileno de Arte Precolombino. http://www.precolombino.cl/preco_upl/pdf/18/1.pdf
- Claudia Caraballo de Quentin, De los metales precolombinos a la platería pampa
- Teresa Pereda, “La platería en las tierras del este y del oeste” en Hijos del Viento. Arte de los pueblos del sur. Siglo XIX, Fundación Proa, Buenos Aires, 2002