Somos quienes somos
Pink and White Terraces (Las Terrazas Rosa y Blanca), película en 16mm de Nova Paul, reflexiona sobre la delicada construcción del ámbito doméstico y el espacio público en los paisajes urbanos de Tamaki Makaurau y Manukau, en Aotearoa, Nueva Zelanda. Mediante la técnica óptica de “separación de tres colores“, vuelve visibles varios momentos de manera simultánea. En estratos rojos, verdes y azules, las auras codificadas en color registran el paso del tiempo tal como ocurre con los estratos geológicos. La política y la poética del lugar se despliegan a medida que los actores y el medioambiente entran en foco o se desdibujan y el tiempo cinematográfico se vuelve palpable.
Las ciudades son entidades vivas. La densidad de la vida comunitaria en el espacio urbano requiere actos creativos que, mediante procesos de individualización y configuración, convierten a nuestro medioambiente en un hogar que no sólo nos refleja a nosotros, sino también a nuestra familia y nuestra red de amigos. Como el agua, las personas encontramos la ruta que nos permite llevar una vida autodeterminada a través de los canales más complejos y oblicuos. La decoración que elegimos para nuestras casas, nuestra manera de trabajar o de hacer negocios y de pasar el tiempo libre son parte de este proceso. Dentro de una ciudad, los puntos de contacto con otros varían desde el más fugaz de los encuentros hasta las amistades de toda la vida. ¿Cómo se representa esa miríada de redes, cómo se las vuelve tangibles? ¿Qué nos revelan sobre el aspecto y los cambios de nuestras ciudades? ¿Cómo influye lo doméstico sobre lo cívico?
Pink and White Terraces está compuesta por una serie de tomas estáticas: Paul registra tres veces el mismo lugar o acción para dejar en claro que ningún lugar es estático, que las personas se mueven en el espacio, y que las cualidades de la luz y el clima se modifican constantemente. La película retrata momentos fugaces: desde unos árboles desnudos de follaje bajo la luz de la tarde invernal hasta un caluroso día de verano en el jardín de la casa con amigos, desde lavar los platos por las noches o vestirse para salir o ir de compras a un mercado atestado un domingo cualquiera, hasta ir a beber algo al bar de la esquina (en Aotearoa lo llaman “lechería”).
El título Pink and White Terraces hace referencia a un área de formación geotermal que se hallaba a orillas del Lago Rotomahana, cerca de Rotorua, en la parte central de la Isla Norte de Aotearoa. Estas extrañas y fantásticas formaciones geotermales fueron una gran atracción turística en la década de 1880 —época en que la idea de “turismo” estaba intrínsecamente vinculada al ferviente estímulo a la inmigración europea por parte del nuevo gobierno colonial—. En la región de Rotorua y Taupo vivían los Te Araw, una iwi (tribu) maorí que se había establecido allí desde tiempo inmemorial.
Las Terrazas se formaron por una inundación provocada por el agua de los géiseres, rica en sílice, que bajó en cascada por la ladera de una montaña. Así se acumularon depósitos de sílice blanco, formando grandes piletas de aguas termales a manera de terrazas escalonadas. Existen formaciones similares en las áreas geotermales del Parque Nacional Yellowstone (Estados Unidos) y en Pamukkale (Turquía). La Terraza Blanca (Te Tarata: la roca tatuada), la más extensa de las dos formaciones, abarcaba tres hectáreas y tenía más de treinta metros de altura. La Terraza Rosa (Otukapuarangi: fuente del cielo nublado) tenía un mejor balneario y se decía que sus aguas poseían propiedades curativas. El vecino Monte Tarawera entró en erupción el 10 de junio 1886, asolando la región. Varias poblaciones quedaron enterradas —entre ellas la de los Te Wairoa— y murieron más de 150 personas. Un cráter de más de 100m de profundidad ocupó el lugar de las terrazas. Con el correr del tiempo se formó un nuevo Lago Rotomahana —mucho más extenso que el anterior— y las terrazas desaparecieron para siempre bajo sus aguas.
Pink and White Terraces es parte fundamental de la memoria cultural de Aotearoa, sobre todo gracias a las fotografías, láminas y representaciones pictóricas de la época que han sobrevivido hasta nuestros días. Las terrazas representan esencialmente una gran pérdida: de vida, de poblaciones que fueron destruidas, y de una increíble y errática formación natural. También cabe señalar que, entre 1845 y 1872, el país se vio afectado por una serie de brutales conflictos armados entre las tropas coloniales y los maoríes —enfrentamientos que hoy conocemos como ‘las guerras de la tierra’—. Si bien el territorio de Aotearoa abunda en volcanes activos y tiene un tumultuoso carácter geotermal, ha debido soportar numerosas batallas —que continúan hasta hoy— por la tierra, la soberanía y el idioma.
La manera en que esas aguas geotermales ricas en minerales crearon un hábitat de belleza espectacular —a causa de su ubicación geográfica, pero también a pesar de ella—, es una metáfora perfecta de la manera en que los seres humanos crean su propio lugar en ámbitos urbanos densamente poblados. En Pink and White Terraces, Paul se concentra en las escenas íntimas y la modesta arquitectura doméstica. Los espacios que parecen “públicos” son una mezcla de espacio privado o comercial (por ejemplo el área de almacenamiento de containers del Puerto de Auckland, el Wah Lees Emporium, el Good Morning Dairy) y zonas cívicas donde la gente tiene libertad de tránsito, intersecciones de calles, centros urbanos como la Plaza Aotea en el CBD (distrito financiero) de Tamaki Makaurau, Auckland. Paul prefiere evitar los hitos oficiales y aquellos lugares considerados ‘importantes’ o de alto estatus. Y siempre trata a sus objetos con delicadeza y afinada percepción, ya se trate de una pescadería o de una manifestación callejera.
Nova Paul y Heather Galbraith
Nova Paul nació en Aotearoa (Nueva Zelanda) en 1973. En su trabajo cinematográfico, Paul utiliza el proceso óptico de separación de tres colores, una conocida técnica que empleó por primera vez en Pink and White Terraces, 2006. La película fue exhibida en el Telecom 2006 New Zealand International Film Festival y en numerosas galerías y muestras, entre las que se destacan: Bandung Institute of Technology Architecture Gallery (Indonesia) en 2006; Telecom Prospect 2007: New Art New Zealand, City Gallery Wellington (Nueva Zelanda), The Physics Room, Christchurch, 2007; Lismore Regional Gallery (Australia), 2007, y Project Space, Melbourne (Australia), en 2008.
Realizó exhibiciones individuales en New Zealand Film Archive, 2001 y 2008; Gow Langsford Gallery (Nueva Zelanda) en 2007, y Ramp Gallery (Nueva Zelanda) en 2002. Entre sus exhibiciones grupales, cabe mencionar Martini Shot: New Artists Show, Artspace (Nueva Zelanda) en 2007, y The Buzzing Confusion of Things, St Paul Street Gallery (Nueva Zelanda) en 2008.