“Pese al ardor de los ojos por habérselas visto con el sol, las persistencias retinianas me transmitieron que el espectro luminoso anidaba en el abismo, abierto de par en par y sublime. Allí era donde había que buscar, en las inmediaciones del precipicio. Valga como testigo la superficie atormentada de mis iris, la luz de una vela no se percibe en pleno día. Esperar, y ver aparecer las evidencias. Las nubes eran mis aliadas, lo sabía, tenía que sondearlas, entenderlas. Fue allí donde nos encontramos, en el linde de la sombra, en el más grande de nuestros molinos de viento, mirando en el mismo sentido y sintiendo la brisa sobre nuestras afiebradas frentes. Éramos muchos, eso era una señal.
Allí donde se manifiesta, la luz traza señales. Las más de las veces, imperceptibles; para verlas hay que estar allí, presentes, atentos, juntos. Estamos aquí ante el surgimiento de lo maravilloso, rodeado en su recorrido por una aureola de angustia visceral, existencial, metafísica. Es la noción misma de compromiso, desde el vertiginoso impulso del primer paso, hasta el gesto colectivo, fundador y fundamental. Estamos aquí ante la libertad de imaginación. Son tus ojos prendados de audacia y amor. Estamos aquí ante tu palabra y la mía, ojalá puedan estas permanecer así, entreveradas para siempre”.
Yo-Yo Gonthier
“Yo-Yo Gonthier pone en marcha protocolos técnicos y humanos cuyo fin último es captar un fragmento de lo maravilloso. El artista lo concibe como una emanación, una emergencia, la aparición de un fenómeno que, en su obra, no debe nada al azar. Captar lo maravilloso requiere mucho tiempo de preparación y es objeto de un proyecto que se desarrolla a lo largo de varios años. Así, lo maravilloso, el compromiso y la lentitud se combinan en una filosofía en la que ‘el proceso es más importante que el resultado’. El artista no trabaja solo; cada proyecto requiere una inversión colectiva, no sólo en la construcción de instrumentos y máquinas voladoras, sino también en la recopilación de información, deseos, testimonios y habilidades. El trabajo se vuelve multidisciplinar y participativo. Al unir un grupo en torno a un mismo proyecto, activa un ‘gesto colectivo, sublime y laborioso’. Se aprovecha la energía para reflexionar sobre nuestra presencia en el mundo, nuestras relaciones con las personas, los paisajes y la historia”.
— Julie Crenn, Independent Curator