Introducción a una Buenos Aires audiovisual: La imagen en el centro de la escena.
Buenos Aires starts in this room with artistic images that sum up the contents of the whole exhibition. First we have the very first images of the foundation of Buenos Aires, and then we can see the city as it has appeared in Argentine film history.
The City that was Founded Twice presents a research on the painting of our city’s foundation, which was made (funny enough, in Spain) on occasion of the Buenos Aires’ Centenary. This documentary shows how these paintings, so present in our collective imaginary, have a hidden story that unveils their ironic future.
In the Cinema shows the city as the main character of several film sequences that show the evolution of cinema, its history and the different points of view of the filmmakers.
This dialogue between painting and cinema opens the way for the whirlwind, the chaos and the speed of this great city.
Tiempos modernos y apropiaciones contemporáneas
En las primeras décadas del siglo XX, los cambios urbanísticos de la ciudad transformaron la vieja cuadrícula española por un trazado de grandes avenidas y diagonales. La Plaza de la República y el Obelisco cristalizaron esta gran modificación. La Plaza rápidamente se transformó en un lugar de concentración, festejo y protesta, y junto al Obelisco generaron un fuerte debate estético, desde su construcción y a lo largo de los diversos cambios producidos hasta nuestros días.
En un dispositivo circular en sala se articulan diversos sectores que nuclean fragmentos de este monumento conmemorativo. Se incluyen los proyectos de su creador, el arquitecto Alberto Prebisch, y un video documental que rescata la historia del Obelisco desde su controversial encargo y construcción a través de los más variados documentos hasta el registro de importantes fotógrafos como Horacio Coppola, Grete Stern, Sara Facio, Anne Marie Henrich, Alicia D´Amico, Anatole Saderman, Gastón Bourquin, Juan Di Sandro, y la visión contemporánea con raigambre coppoliana en las fotografías de Facundo de Zuviría.
Las imágenes de la plaza a través del tiempo están presentes en una colección de postales y medallas conmemorativas donde el Obelisco aparece como imagen central y se puede observar como, con el paso del tiempo, se instala como símbolo de Buenos Aires. Este núcleo refuerza el concepto de como las imágenes anónimas dan cuenta, junto con los artistas, de las las diversos registros de apropiaciones, celebraciones y encuentros, en los momentos que la sociedad civil se apodera de la plaza.
Las obras de Marta Minujín, Edgardo Giménez, Leandro Katz, Antonio Seguí, Graciela Harper, Leandro Erlich y Marcos López nos muestras nuevas posibilidades para este ícono de la ciudad: un obelisco acostado, un obelisco en diálogo con la Torre Eiffel, la posibilidad de removerlo de su lugar o desplazarlo en la ciudad. Estas obras nos abren interrogantes que moviliza a la ciudad y a sus habitantes.
La ciudad: contrastes y límites
La Buenos Aires del “límite”, la que ha crecido en habitantes y en asentamientos de emergencia, la del constante movimiento y corrimiento, la de los cruces multidireccionales centro-periferia. La ciudad que monta en sus fachadas las crisis, y en la que nuevos actores sociales entran en esta escena contemporánea: los sin techo, los cartoneros, los ecologistas, las nuevas formas de trabajo ambulante, los recolectores, los extranjeros, los marginados y marginales y los indocumentados, entre tantos otros.
En esta sala, el grupo de artistas y obras seleccionados plantean la problemática desde las entrañas de la propia ciudad. La superpoblación y la falta de vivienda está representada en la mirada de Oscar Bony, con una foto baleada de su serie Suicidios. Gian Paolo Minelli, diez años después, retrata un paisaje similar, y se puede comparar el hacinamiento contrastando con la nueva arquitectura del paisaje urbano. Marcos López, en una operación semejante pero desde su video-instalación recupera la pregnancia del ladrillo hueco y lo confronta con la definición de un video HD, para dar cuenta de la distancia entre tecnología y miseria, y a partir de las imágenes tomadas desde la autopista, muestra el interior de la Villa 31 con sus precarias condiciones.
Ana Gallardo y Liliana Maresca trabajaron el concepto de carro ambulante en la Buenos Aires. Uno es el carro como casa deambulando por la ciudad buscando un lugar para habitar, basado en una experiencia personal de la artista; el otro, el “Carro blanco”, es la mirada ácida y estetizada del arte que convierten al carro de los deshechos y de los materiales que se dejan en la ciudad, en obra para interpelar y comprometer al espectador. El video de Estanislao Florido comparte esta visión y muestra con crudeza la realidad del “cartonero” en Buenos Aires.
Sergio Avello plantea un recorrido de una noche en la ciudad durante los problemáticos momentos del 2002, mostrando en su obra Flaneur, un conjunto de fotografías que reproducen aquel camino nocturno desde las protestas en los bancos y la denuncia política con carteles domésticos, hasta llegar al otro lado de la ciudad donde el lujo, la idea de belleza, las joyas y el bienestar contrastan con aquellos reclamos. Contemporáneamente, Juan Travnik elabora su serie Bancos, en la que coloca en primer plano los escraches de aquella misma Buenos Aires convulsionada.
Buenos Aires en las voces y en los imaginarios del futuro
Buenos Aires culmina en esta sala con la presencia de diversas propuestas vinculadas a la imaginación.
Una serie de vistas, dibujos y grabados llaman nuestra atención. Los mismos fueron realizados y publicados en 1910 bajo la consigna de pensar en “la ciudad del futuro”, en como sería Buenos Aires en 100 años. Hoy, muy cerca de aquella fecha, podemos contemplar estos dibujos donde se vislumbraban muchos de los problemas que aquejan actualmente a nuestra ciudad pero con soluciones muy sorprendentes.
La presencia de la literatura y del lenguaje se concentran en la instalación sonora “En obra”. El espacio baldío / vacío fue elegido por Daniel Link para dar cuenta de la capacidad visual del lenguaje en ausencia de imágenes. Las voces de los propios escritores nos permiten “visualizar” también la ciudad. A su lado, Sebastián Freirem exhibe los retratos tomados en ocasión de la convocatoria para grabar la instalación sonora.
Para finalizar, una biblioteca y un espacio donde, a la manera de una bibliografía en la gran ciudad, podemos leer, ver cine, jugar con los niños o estudiar, conocer, e incluso, protestar.