Entrevista a S.Salgado
por Revista Elle, edición española
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En nombre de la esperanza
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Entrevista a S.Salgado
por Revista Elle, edición española
Entrevista a S.Salgado
por Carole Naggar
La siguiente entrevista con el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado es un extracto de la que le hizo Carole Naggar el 29 de marzo de 2000 en Nueva York. En ella se incluyen fragmentos de una charla que el fotógrafo había pronunciado dos días antes.
¿Cómo comenzó el proyecto Éxodos?
El proyecto Éxodos es la continuación de mi anterior trabajo, Trabajadores. Es el segundo capítulo de una misma historia. Durante los seis o siete años que estuve tomando fotografías para Trabajadores, me di cuenta de que estamos inmersos en una transformación total de las formas de producción. Con el fin de la primera revolución industrial y la llegada de las nuevas tecnologías -las máquinas inteligentes- a la línea de producción, con la nueva organización de los factores de producción, me di cuenta de que los seres humanos y su forma de vida tradicional y sedentaria también empezaba a transformarse. Millones de trabajadores pierden su trabajo debido a la producción masiva; los expulsan de las zonas agrícolas, de una región a otra. Y acuden a la ciudad en busca de trabajo. Anualmente, 120 millones de trabajadores del campo se suman a esta emigración; diez veces la población de una ciudad como Nueva York. En el sector industrial y de servicios ocurre lo mismo. La mayoría de la población vivía en el campo, pero esto ha cambiado por completo: el mundo se ha vuelto urbano. Las ciudades como París, Nueva York y Londres son ciudades del pasado. Las ciudades del futuro son Bombay, México, Manila, Yakarta, São Paulo. Tenían cuatro o cinco millones de habitantes; ahora tienen quince. En estos momentos, hay más de 150 ciudades de la India que tienen más de un millón de habitantes. En Brasil, por ejemplo, había cientos de haciendas de las que vivían varios cientos de miles de familias. Ahora sólo hay una gran hacienda con maquinaria de la que vive una única familia a tiempo completo. Ahora sus trabajadores son temporeros: las naranjas se exprimen en la hacienda, el jugo se mete en camiones y barcos refrigerados, y a las nueve en punto de la mañana un estadounidense se lo toma de desayuno. La emigración es algo que conozco muy bien: crecí en una hacienda del Brasil. Cuando tenía cinco años, me fui a vivir a la ciudad. Cuando tenía quince años, me fui de aquella ciudad pequeña a una ciudad de tamaño medio con 120.000 habitantes. Cuando me casé con Lelia hace veintidós años, nos fuimos a vivir a São Paulo. Luego, por motivos políticos, tuvimos que abandonar nuestro país y mudarnos a Francia. Y hoy en día, 31 años después, sigo siendo un extranjero que vive en un país extranjero.
¿Qué espera lograr con este proyecto?
No soy quien para juzgar lo que es bueno o lo que es malo. Mis fotografías son tan sólo una representación de lo que ocurre en este ciclo de desplazamientos y migraciones. Durante siete años he viajado por 47 países y probablemente tenga fotografías de 39 o 40 países. Fotografío mundialmente y quiero exponerlo mundialmente: cada uno de mis reportajes trata sobre la internacionalización, son una muestra de la condición humana de este planeta hoy en día. Mi gran esperanza es ayudar y suscitar el debate para que podamos hablar sobre la condición humana teniendo en cuenta a la gente desplazada en todo el mundo. Mis fotografías son como un vector que une lo que está ocurriendo. A la persona que no tiene la oportunidad de presenciar aquello, le da la oportunidad de verlo. Espero que la persona que salga de ver mi exposición no sea exactamente la misma que antes de entrar. Creo que la forma en que viven los países ricos del mundo es la forma correcta de vivir. Todo el mundo tiene derecho a la salud, a la instrucción, a la asistencia social, y tiene el derecho y la necesidad de ser ciudadano. Creo que todos los seres humanos de este planeta deben tener lo mismo. Y curiosamente, tenemos suficientes recursos para hacer un mundo mejor para todos nosotros.
¿Qué relación guarda este trabajo con los anteriores?
Todo mi trabajo está relacionado como si fueran distintos capítulos de una misma historia: mis fotografías de los campesinos latinoamericanos que luchan por la supervivencia; las fotografías del Sahel; las de los refugiados y poblaciones desplazadas; las de trabajadores... son todas sobre seres humanos que luchan por su dignidad e intentan vivir mejor juntos. Intento ser coherente con este pequeño momento que me toca vivir en el planeta y, a la postre, mis fotografías son mi forma de vida. Ahora no soy más o menos pesimista, soy más realista. Solía pensar que la evolución significa 'evolución en un sentido positivo', que nos encaminábamos hacia un estilo de vida mejor, a mejorar nuestras relaciones. Hoy en día, comprendo un poco mejor el comportamiento humano y creo la evolución también puede ser negativa. Creo que el verdadero talento del ser humano es su capacidad de adaptación a cualquier situación. He presenciado cosas tan viles que a veces me pregunto si el verdadero sentido de la vida no será, en realidad, ser un individuo, estar solo, ser violento. Ya no estoy tan seguro de que los humanos estén realmente hechos para vivir en comunidad, o de si podremos sobrevivir como especie. Animales mucho mayores y fuertes físicamente que nosotros han vivido unos cientos de millones de años y luego han desaparecido. Quién sabe si viviremos para siempre. Ese es el verdadero sentido de todas las fotografías que he tomado: ¿se extinguirán todas estas personas que he visto y fotografiado... o se extinguirán?
¿Qué cree que puede hacer la persona de la calle?
Creo que la persona de la calle puede ayudar mucho; no ofreciendo bienes materiales sino su participación, discutiendo, preocupándose realmente por lo que ocurre. Es lo más importante que podemos hacer para que las cosas no vuelvan a ocurrir de este modo. Hay una relación directa entre la pobreza del mundo y nuestra destrucción del medio ambiente. Uno de los motivos de que haya tanta pobreza es ese estrecho vínculo que une la disposición de la naturaleza al crecimiento demográfico. No protegemos nuestro entorno y hemos destruido los bosques de la mayoría de los países tropicales. En Brasil, por ejemplo, debido a la deforestación, la tala y exportación de madera, las fincas ganaderas y las explotaciones mineras, estamos acabando con nuestros bosques y, por tanto, con las civilizaciones indias, y los indios están muriendo. Mi esposa Lélia y yo y un grupo de amigos brasileños defendemos con dureza los bosques de mi región natal. Luchamos para conseguir que nos financien la construcción de una escuela para la capacitación de maestros de primaria, ingenieros agrícolas, hacendados y políticos. Estamos plantando 5,1 millones de árboles. Es un gran laboratorio de pruebas que contribuirá a recuperar el planeta zonas como éstas, en las que fue destruido. Por supuesto que necesitamos ayuda, debate y cualquier tipo de donación que nos sirva para plantar un árbol o a cambiar la mentalidad de una persona para que nos ayude a cambiar el medio ambiente.
Ser como ellos y otros artículos
por Eduardo Galeano
Extractos de una entrevista (Forum de fotógrafos)
por Ken Lassiter
"Exodos", remueve las conciencias dormidas: El último trabajo de Sebastião Salgado
por Natividad Pulido
En nombre de la esperanza
por Sebastiãno Salgado
Source:
Diario La Nación 2000-11-05
Sebastião Salgado, o la publicidad de la pobreza
por Sophie Arie
PARIS, abr (IPS) El fotógrafo italiano Oliviero Toscani usa imágenes humanas chocantes para vender ropa y accesorios de la empresa Benetton, pero el brasileño Sebastião Salgado las utiliza para dar publicidad a la miseria.
"Quiero que la mayor cantidad posible de gente vea mis fotos de manera que no pueda dar vuelta la cara e ignorar lo que pasa en la otra mitad del mundo", dijo Salgado a IPS durante la inauguración de una exposición de sus obras, titulada Exodus, que tuvo lugar este mes en París.
La muestra estará abierta hasta septiembre en el Centro Europeo de Fotografía. El famoso reportero gráfico brasileño pasó los últimos siete años viajando por los agujeros infernales del mundo para juntar en su portafolio a millones de marginados.
Exodus es una colección de 300 imágenes de gente sin hogar, arrancadas de su vida normal por la guerra, el hambre, las inundaciones, la opresión política o los desastres ambientales, o que simplemente buscan una vida mejor. Cada foto cuenta una historia distinta, pero de algún modo todas se parecen.
"Hay miles de personas en movimiento en todo el mundo, y en cualquier país que se encuentren, de cualquier guerra que huyen o cualquier oro que busquen, todas se asemejan", dijo Salgado. "Este es un tema que pide a gritos un debate. Lo sé de corazón, lo he visto toda mi vida", aseguró.
El enérgico fotógrafo de 56 años, quien se exilió en Francia por razones políticas hace 26, es más conocido por sus reportajes gráficos de las minas de oro brasileñas y de los campesinos sin tierra, así como de los pozos petrolíferos de Kuwait en llamas durante meses tras la guerra del Golfo (1991).
Salgado no se avergŸenza de la acusación de mostrar lugares comunes de los sufrimientos humanos.
"El reportero es un productor de íconos y estereotipos. Si las imágenes encajan en un mismo molde, son aptas para consumo mundial. Los íconos y lugares comunes deben ser reconocidos por la mayor cantidad de gente posible", afirmó.
"Espero que la gente no se canse de ver esas imágenes. La gente no se cansa de consumir, así que espero sigan viendo mis fotos y reaccionen", agregó el fotógrafo.
Salgado es tan bueno en su trabajo que a menudo fue acusado de transformar el sufrimiento humano en obras de arte, y es cierto, porque las fotos están todas bien enfocadas, iluminadas y encuadradas. No se trata de fotos de acción, sino de retratos profundamente perturbadores. "Entiendo por qué la gente me critica por explotar las miserias humanas por razones estéticas. Sin embargo, hacer una imagen bella de dolor no me causa problema, porque dice mucho más que una mala foto", expresó.
Salgado, que estudió economía antes de descubrir la cámara, se gana la vida a través de su pequeña y singular agencia fotográfica, Amazonas Images, que instaló junto con su esposa Leila Wanick Salgado en 1994, tras marcharse de la agencia internacional Magnum en 1992.
Su reputación le valió contratos con algunas de las mayores publicaciones mundiales, como The New York Times, Paris Match y El País de Madrid, entre otras.
La agencia Amazonas, con seis empleados, está situada junto al canal San Martín en París y gana dinero organizando exhibiciones, como la última, llamada La Mano Humana, que apareció en 67 lugares distintos en 1993, y con libros que contienen celebradas obras del fotógrafo.
Salgado afirma que el propósito no es la fama ni el dinero, sino hacer que la gente hable. "Estoy harto de oir discusiones estéticas sobre mis fotos. Quiero que la gente hable seriamente sobre las historias que cuentan esas fotos. Si conseguimos hacer hablar a la gente, habrá un efecto de rebote que ayudará a los indigentes del mundo".
Salgado está decidido a usar sus fotos para que la visión comfortable del mundo muestre también su lado incómodo. Para reunir las imágenes de Exodus, visitó 47 países en cuatro continentes.
"Sin embargo, con la televisión e Internet ya no hay excusas para ignorar los horrores que tienen lugar en el otro lado del mundo o en el propio patio trasero", dijo Salgado en el prefacio de su libro sobre las fotos de Exodus. "Y, aunque la gente sepa sobre los cientos de miles que huyen de Kosovo o los millones que cuelgan de los árboles para escapar de la inundación en Mozambique, no hace lo suficiente para ayudar", lamentó.
Las agencias humanitarias del Norte existen, en gran parte, para hacer relaciones públicas en favor del Sur, y es allí donde Salgado encontró su plataforma de acción, porque se ha convertido en un promotor de la causa humanitaria.
Sus fotos, que incluyen las famosas imágenes de "antes y después" de la hambrienta Leila, ayudaron a impulsar una campaña de asistencia alimentaria en los años 90 por la agencia francesa Acción Contra el Hambre, y mantienen con vida la campaña Freres des Hommes en favor de los campesinos brasileños sin tierras.
Hasta ahora, hay 16 exposiciones de Exodus previstas en ciudades de todo el mundo, pero muchas más serán organizadas por organizaciones no gubernamentales (ONG) que reciben carpetas con fotos de Salgado para promocionar su trabajo, la ayuda humanitaria.