Hijos del viento
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Hijos del viento V

Works
Conjunto de toki
Trarilonko
Nitrowe
Tupu
Akucha
Chaquiras
Meñake
Llankatu pechu
Gargantilla
Lloi-lloi
Prendedor de tres cadenas
Kollonh
Trapelakucha

Akucha

El punzón akucha (del español, aguja) es posterior al tupu. La esfera está formada por dos mitades soldadas en el ecuador. Es característica la prolongación por encima de la esfera, de la que suele colgar una cruz, y el orificio en la base de la aguja. Los tamaños de los punzón akucha son variables, pudiendo alcanzar a veces importantes dimensiones. Otro tipo de pinche, de creación más reciente, se caracteriza por un remate en forma de un par de pajaritos.

"La familia del Cacique constaba de cinco concubinas, de distintas edades, una cristiana y cuatro indias; de siete hijos varones y de tres hijas mujeres, dos de ellas púberes ya.
Estas últimas y la concubina que hacía cabeza, se habían vestido de gala para recibirme.
No hay indio ranquel más rico que Ramón, como que es estanciero, labrador y platero.
Su familia gasta lujo.
Ostentaban hermosos prendedores de pecho, zarcillos, pulseras y collares, todo de plata maciza y pura, hecho a martillo y cincelado por Ramón; mantas, fajas y pilquenes de ricos tejidos pampas.
Las dos hijas mayores se llamaban, Comeñé, la primera, que quiere decir ojos lindos, de come, lindo, y de ñe, ojos; Pichicaiun la segunda, que quiere decir boca chica, de pichicai, chico, y de un, boca.
Se habían pintado con carmín los labios, las mejillas y las uñas de las manos; se habían sombreado los párpados y puesto muchos lunarcitos negros.
Tanto Pichicaiun, como Comeñé, tenían nombres muy apropiados; la una se distinguía por una boca pequeñita lindísima; la otra por unos grandes ojos negros llenos de fuego. Ambas estaban en la plenitud del desarrollo físico, y en cualquier parte un hombre de buen gusto las hubiera mirado largo rato con placer.
Me recibieron con graciosa timidez.
Me senté, Ramón se puso a mi lado, su mujer principal y sus hijas enfrente.
Las dos chinitas sabían que eran bonitas; coqueteaban como lo hubieran hecho dos cristianas".

(En 1870 Mansilla se interna en el desierto para ratificar un tratado de paz con el cacique ranquel Mariano Rosas. En aquel viaje visitó, ente otros, el toldo del Cacique Ramón Platero)
Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles, 1870.

"Se pintan en cada mejilla una lágrima roja y otra azul. Su peinado consiste en mechones retorcidos y ajustados alrededor de la cabeza, semejando salchichones. Adornándose además con zarcillos y con una plancha de plata de tamaño extraordinario que, colgando de las orejas, algunas veces les tapa la nariz. Para sujetar la vestidura emplean un alfiler o prendedor de plata de enorme tamaño, o una plancha de plata en forma esférica, cuyo alfiler mide de 6 a 7 pulgadas de largo. El cuello lo envuelven innumerables veces con sartas de chaquiras rojas o azules y en cada sarta cuelgan chiches de plata que campanillean con los movimientos del andar".

(El Dr. Aquinas Ried visitó los toldos del jefe araucano Lorenzo Colipi y en su libro de viajes se refirió al atuendo de sus catorce mujeres)
Aquinas Ried, Diario de Viaje desde Valparaíso hasta el Lago Llanquihue y de regreso, 1847.

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